Un tribunal francés acusó formalmente al fundador de Telegram, Pável Dúrov, de complicidad en una serie de delitos y le prohibió salir de Francia hasta que concluya la investigación en su contra. El empresario ruso, que también tiene la ciudadanía de Francia, los Emiratos Árabes Unidos y San Cristóbal y Nieves, fue puesto en libertad tras pagar una fianza de 5 millones de euros (5,55 millones de dólares). También deberá presentarse en una comisaría dos veces por semana.
Dúrov compareció ante los jueces en París el miércoles, cuatro días después de ser arrestado a su llegada a la capital francesa procedente de Azerbaiyán. En un comunicado publicado el miércoles por la noche, el tribunal dijo que Dúrov había sido acusado formalmente de una docena de delitos, incluida la complicidad en "administrar una plataforma en línea" utilizada por una asociación criminal para realizar una transacción ilícita, un cargo que, según señaló el tribunal, conlleva una pena máxima de diez años de prisión.
El resto de las imputaciones, que fueron anunciadas por los fiscales el lunes, incluyen la facilitación del fraude, complicidad con el lavado de dinero, la distribución de narcóticos y la difusión de imágenes pederastas, así como la negativa a entregar los datos de los usuarios a las investigaciones policiales.
La investigación contra Dúrov comenzó en febrero, señaló el comunicado del tribunal. Este detalle contradice una declaración publicada por los fiscales el lunes, que señalaba que la investigación comenzó el mes pasado. Está siendo dirigida por la agencia francesa de Prevención de la Violencia contra la Niñez (Ofmin, por sus siglas en francés).
Telegram, que tiene casi mil millones de usuarios mensuales, generalmente se niega a entregar datos de usuarios o registros de chat a la Justicia. Sin embargo, la compañía dijo el domingo que cumple con las leyes locales y calificó de "absurdo afirmar que una plataforma o su propietario son responsables del abuso de esa plataforma".
Los activistas contra la censura tildaron el arresto de Dúrov como parte de una campaña más amplia contra la libertad de expresión librada por los gobiernos occidentales, con el denunciante de la NSA (Agencia de Seguridad Nacional) Edward Snowden acusando a Francia de tomar al empresario "como rehén" para acceder a las comunicaciones privadas en Telegram.
En una publicación en las redes sociales el lunes, el presidente francés Emmanuel Macron insistió en que el arresto de Dúrov "no es de ninguna manera una decisión política" y que Francia "está más que nada apegada a la libertad de expresión y comunicación".
No está claro si Dúrov resultó presionado para entregar datos de usuarios desde su arresto el sábado.
Sergey Naryshkin, el jefe del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (SVR), dijo el martes que el multimillonario probablemente sería obligado a entregar estos datos. "Realmente espero que no lo permita", dijo Naryshkin a la agencia de noticias rusa Tass.
En tanto, varios ministros de Exteriores de la Unión Europea expresaron su posición respecto de la plataforma Telegram, alineándose con la postura del gobierno francés.
"Hay grandes preocupaciones entre los gobiernos y la población de varios Estados miembros sobre el impacto de las redes sociales", dijo el ministro de Exteriores irlandés, Micheál Martin, en declaraciones a la prensa a su llegada a la reunión informal que los jefes de la diplomacia de la Unión Europea celebran este jueves en Bruselas.
En este sentido, apuntó a la preocupación sobre cómo se pueden utilizar estas plataformas "para incitar comportamientos inapropiados", si bien evitó pronunciarse sobre el caso judicial de Francia contra Telegram.
"Hay que esperar a ver lo que trasciende y es importante que todo el mundo pueda dar sus argumentos", señaló.
También la ministra de Exteriores letona, Baiba Braze, mostró su preocupación "por lo que pasa en la plataforma y por la falta de compromiso de su líder ante la falta de moderación en la plataforma".
"Seguro que las autoridades francesas saben exactamente lo que están haciendo", añadió.
Por otro lado, el Kremlin declaró que Dúrov sigue siendo ciudadano ruso y como tal tiene derecho a asistencia consular de su país de origen.
"Dúrov aún sigue siendo ciudadano ruso, y en cuanto a la obtención (por él) de la ciudadanía francesa, aquí no sabemos nada, no es asunto nuestro", dijo el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, en su rueda de prensa telefónica diaria.
Agregó que Dúrov "tiene todo lo necesario para organizar su defensa legal".
"Por supuesto, lo consideramos un ciudadano de Rusia y, si es necesario, en la medida de nuestras posibilidades, estaremos dispuestos a brindarle asistencia, como cualquier ciudadano Rusia", dijo Peskov.
Eludió comentar la imputación de Dúrov, pero recalcó que "lo importante es que lo que está ocurriendo en Francia no se convierta en una persecución política".