La violencia en Rosario volvió a tener otro brote. A la seguidilla de asesinatos ocurrida el pasado mes se sumó otra de cuatro homicidios dolosos –dos en presuntos intentos de robo– el fin de semana pasado en el Gran Rosario. En medio de una sangrienta disputa territorial entre Los Monos y Esteban Alvarado, organizaciones con gran peso delictivo en la región, el Fiscal Regional de Rosario Patricio Serjal creó una "Agencia" para disputar el poder por las investigaciones de delitos complejos.
El pasado viernes 2 de agosto el Fiscal Regional firmó la resolución 275/2019 en la que dispuso la reconversión de las unidades fiscales de Delitos Económicos y Complejos y la de Violencia y Corrupción Institucional. La primera pasó a ser Agencia de Criminalidad Organizada y Delitos Económicos, y la segunda, unidad de Violencia Institucional.
El anuncio de Serjal sobre la creación de la "Agencia de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos" se contrapone con las funciones específicas del Organismo de Investigaciones (OI), creado por ley y con un director que asumió por concurso. Esa y otras decisiones surgen detrás de críticas públicas del director del OI, Marcelo Sain, al jefe del Ministerio Público de la Acusación (MPA) local.
Según la resolución del jefe de fiscales de Rosario, Delitos Económicos y Complejos estará a cargo de los fiscales David Carizza, Matías Edery y Paola Aguirre. En tanto, Gonzalo Fernández Bussy quedó al mando de la unidad de Violencia Institucional.
Otros fiscales también fueron alcanzados por la medida. Natalia Benvenuto estará a cargo de la Coordinación de Unidades Fiscales del interior, espacio del que quedó desafectada Valeria Pedrana.
Karina Bartocci pasará a formar parte de la Oficina de Ejecución Penal y Adrián Mac Cormack integrará la unidad fiscal de Flagrancia.
Como Mac Cormack se encuentra con licencia médica, Serjal dispuso que sea Sebastián Narvaja el que tome sus causas, recargándolo de trabajo, ya que es también coordinador de los equipos de litigación oral, lugar al que fue desplazado tras intervenir en la megacausa inmobiliaria y en investigaciones que involucraban a senadores departamentales.
Serjal expresó en los considerandos de otra resolución (274/2019) que la medida la tomó porque advirtió que no hubo "investigaciones significativas de delitos complejos, en particular aquellas que se vinculan con organizaciones criminales complejas".
Al mismo tiempo, aseveró que la unidad de Violencia y Corrupción Institucional no reportó "los resultados de eficacia deseados". Agregó: "No se profundizó con los resultados esperables en la investigación de hechos de corrupción institucional. Si bien se ha trabajado mayormente con resultados sobre la investigación de hechos de apremios ilegales, no se ha logrado abarcar hechos y delitos que trascienden impactando en las instituciones, vinculados a la corrupción institucional, en especial aquellos casos que se vinculan con la criminalidad organizada".
En las dos resoluciones, incluso, se deja entrever rapidez o celeridad, ya que en la 274 nombró a la unidad de Delitos Complejos como "unidad fiscal especial de Criminalidad Organizada" y en la resolución 275 la nombró como Agencia de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos.
Nombres propios en el control de las investigaciones
Si bien el jefe de fiscales de Rosario sostiene que las resoluciones fueron adoptadas para una "mayor eficiencia y eficacia en las investigaciones", hay un trasfondo de público conocimiento: la disputa entre Serjal y el director del Organismo de Investigaciones (OI) dirigido por Marcelo Sain.
Entre Sain y Serjal las diferencias son públicas. El primero, con la espalda de su formación y trayectoria, lo criticó en entrevistas periodísticas. Es autor de varios libros y tras ser legislador, funcionario en Seguridad en la provincia de Buenos Aires, director de la Policía de Seguridad Aeroportuaria y titular de la Escuela de Inteligencia, ahora es docente e investigador de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ).
Como docente de la UNQ, en una exposición sobre "Estado y narcotráfico" en un Congreso en Boston, llevado a cabo entre el 24 y el 27 de mayo pasado, fulminó en un documento a Serjal, sobre quien dijo que "fue elegido en abril de 2017 Fiscal Regional de la Circunscripción 2ª Rosario en el marco de un proceso de concurso poco claro". Puso en duda además su principio de objetividad al señalar que es un "funcionario estrechamente vinculado al peronismo conservador santafesino".
Tal vez por eso genera impacto que la flamante "Agencia" dentro del MPA se contraste con el propósito del Organismo de Investigaciones, creado por ley y justamente con Sain como director por concurso. Está exactamente para las causas complejas, donde aparece la criminalidad organizada y los delitos económicos, que no son inocuos: son los que trascienden las fronteras del Centro de Justicia Penal porque suelen tener impacto político o empresarial.
En tanto, mientras es Sain el que ya proponía para la llamada "Policía Judicial" un abordaje integral del delito y avanzar inclusive con las complicidades, como sucede con su caso de éxito en la "Causa Esteban Alvarado", que llegó hasta la detención de policías con cargos jerárquicos y a la estructura económica del grupo, Serjal especificó querer "no sólo analizar una muerte como un hecho aislado sino descubrir otras cosas". Lo hizo el fin de semana al comunicar la creación de la "Agencia".
El contrapunto ya quedó de manifiesto anteriormente cuando a través de una resolución del fiscal general Jorge Baclini, los fiscales regionales –entre ellos Serjal– consiguieron que ningún fiscal de Rosario pueda investigar con el OI "sin autorización del Regional". Lo llamativo y lo que deja expuesta la fractura es que no hay ninguna resolución similar que se aplique a otras agencias como la PDI, la Policía Federal, Gendarmería o la que fuera.
Así, mientras Rosario intenta no perder la capacidad de asombro ante los hechos de violencia e inseguridad, que volvieron a darse el fin de semana, un sector de la Justicia buscaba este lunes conocer detalles de la flamante resolución de Serjal, comprender los argumentos y reorganizar sus labores. Mientras tanto, parecía ir a contramano del Organismo de Investigaciones y de las urgencias públicas.