Este lunes al mediodía, en la previa del encuentro entre Newell’s y Unión en el Coloso Marcelo Bielsa, se vivió un instante de tensión que se convirtió en anécdota. En la requisa de rigor que realiza la Policía antes de cada partido, una perra de la Brigada de Explosivos de la Unidad Regional 2 olfateó restos de pólvora sobre unos de los vehículos estacionados en el playón. Resultó ser el del arquero suplente Williams Barlasina.
De un total de 15 autos ubicados prolijamente en el estacionamiento interno del estadio, en medio de su tarea de detección de explosivos la perra París fijó su atención en uno. Según relató el periodista Pablo Gavira en De 12 a 14 (El Tres), en ese momento la Policía desplegó el protocolo correspondiente, pidió que le informaran a quién pertenecía y que esa persona se hiciera presente en el lugar.
La sorpresa fue mayor cuando se conoció que el dueño era Barlasina, el arquero suplente del equipo de Gabriel Heinze. Convocado por los agentes, rápidamente aclaró la situación y explicó que practica caza como hobby en la zona de Providencia, su pueblo natal, a donde seguramente viajará luego del partido.
Luego, la jefa de sección Neutralización de Explosivos, María Soledad Ocampo, confirmó a El Tres que "solo se encontraron residuos de polvora" y que "no hubo secuestro de elementos".
Y agregó que "la perrita Paris fue quien sintió olor a polvora. Requerido por la Policía, Barlasina tuvo que abrir su auto y luego explicó que habia ido a cazar con la familia. La perra esta muy entrenada y detectó los residuos de pólvora, pero no había cartuchos, ni escopeta".
Los agentes de la fuerza de seguridad expresaron, una vez que se apagó la incertidumbre, que París tiene dos años, pertenece a las sección canes de la Unidad Regional 2 y está presente en las requisas previas a cada partido de fútbol en la ciudad. Su entrenamiento y olfato le permiten identificar explosivos de los denominados bajos (como cartuchos, pirotecnia y armas de fuego) y altos (de mayor peligrosidad, como el TNT).
Al final, el arquero rojinegro desactivó las dudas, pudo entrar al vestuario del Coloso junto al resto del plantel y estaba sentado en el banco de suplentes, pese a los minutos de tensión que rodearon al playón un rato después del arribo de los jugadores al estadio.