Esta semana se empieza a debatir en la comisión de Control del Concejo de Rosario un programa de nombre “Mediadores”, que busca aceitar el vínculo entre las organizaciones de los barrios y el Estado en casos de emergencias de cualquier tipo, como un incendio, la necesidad de una ambulancia, una situación delictiva o contingencias climáticas, con capacitaciones de actualización constante sobre mediación y prevención de violencias, recursos institucionales y jurídicos para la resolución pacífica de los conflictos.
Las organizaciones de los barrios enfrentan diariamente estas problemáticas sin contar con los recursos mínimos necesarios, lo que dificulta la articulación entre ellas y los gobiernos. Eso se suma a la falta de capacitación en situaciones de emergencias, lo que las expone a extrema vulnerabilidad y riesgo.
La concejala que promovió el proyecto, Julia Irigoitía, precisó a Rosario3 que "la violencia comunitaria es competencia municipal y hay mucho para hacer en materia preventiva, y la peor exposición de las personas es dejarlas solas en un contexto crítico”.
Consideró entonces que transferir capacitación, tecnología y apoyo requiere más voluntad política y disposición de trabajo que inversión de recursos, y estableció: "La propuesta de mediadores comunitarios es una idea concreta que ponemos a disposición de que pueda ser mejorada, y apelamos a que la Municipalidad muestre la misma disposición para hacerse cargo del problema, con el objetivo de mitigar los diferentes tipos de daño, apostando al gran conocimiento que tienen estas organizaciones de su propio territorio".
Podrá inscribirse toda clase de organización barrial (vecinales, clubes sociales o deportivos), la autoridad de aplicación será la secretaría de Desarrollo Humano, y tendrá también vínculo con áreas provinciales como el 911 y el ministerio de Justicia y Seguridad.
En el expediente del proyecto de la concejala Irigoitía se destaca que “uno de los factores más importantes que tiene todo sistema de seguridad es la participación de los ciudadanos”, y en ese sentido ejemplifica con el caso “Alerta Tigre 2.0”, un sistema de aquella ciudad bonaerense que permite alertar al centro de operaciones local a través de diversas formas, lugares y tecnologías, para despachar desde allí la asistencia de policía u otras fuerzas de seguridad, móviles municipales de control, ambulancias, bomberos, Defensa Civil o lo necesario ante cada evento.
Al incorporar a las organizaciones a un sistema similar al de Tigre, se busca además llevar a mediano plazo a un certero registro y sistematización de las situaciones abordadas para la gestión de nuevas políticas públicas de emergencia y seguridad.
“Lo que tomamos del programa Alerta Tigre es el apartado de líderes barriales, específicamente, que tiene como objetivo dotar de recursos tecnológicos y de capacitación a las organizaciones y las personas que están al frente de éstas. La intención es que tengan más herramientas para detectar, anticipar y prevenir situaciones de conflicto, intervenir ante emergencias y contar con habilidades para abordar la violencia comunitaria desde una lógica preventiva, con un contacto directo y una vía de intervención rápida en relación con las áreas municipales y provinciales”, destacó.
Redes de mediadores, un celular especial y mapeos
El programa Mediadores comunitarios contra las violencias se debatirá primero en la comisión de Control y convivencia, para luego pasar por la de Presupuesto y hacienda.
La red de Mediadores Comunitarios consistirá en un conjunto de organizaciones con presencia territorial y comunicación fluida, espacios de intercambio y asistencia recíproca, para abordar las situaciones de conflicto emergentes en la cotidianeidad.
Las organizaciones civiles, sociales y religiosas, serán capacitadas y aprenderán acciones con el fin de contribuir a la reducción de los niveles de violencia en la ciudad, y de esta forma se constituirán como mediadores comunitarios para la prevención de violencias.
Se conformará un equipo interdisciplinario coordinado por la secretaría de Desarrollo Humano, el cual será responsable de coordinar las acciones necesarias para su implementación y vinculación de las organizaciones territoriales con otras áreas municipales y del gobierno provincial, y con empresas de seguridad privada o instituciones de investigación.
Estas organizaciones recibirán un celular vinculado directamente con el CIOR y el 911 para alertar ante diferentes emergencias como un incendio, la necesidad de una ambulancia o cualquier otra situación de urgencia que se ocasione y requiera la intervención de personal municipal. En torno al uso de aparatos especiales, destacó: “Siempre lo ideal es que el manejo de la información sea lo más segura y encriptada posible. Si bien en nuestra propuesta no especificamos el desarrollo de una aplicación, aspiramos a que la Municipalidad pueda poner al servicio la tecnología para agilizar procesos. Se pueden implementar modalidades sencillas de sistemas que vinculen directamente al CIOR o el 911 a través de comunicaciones identificadas (una suerte de prioridad de llamado)”.
Cómo surgió y la recepción de las organizaciones en tiempos de desconfianza
El gobierno local tiene la responsabilidad de intervenir frente a situaciones de violencia en general, darle seguimiento y acompañamiento a quienes actúan en los barrios, y brindar capacitaciones y herramientas para enfrentar situaciones de emergencia que puedan derivar en situaciones conflictivas.
La concejala recordó: “En origen, este proyecto lo sugerimos como propuesta para que la Municipalidad lo presentara al programa Vínculos de la provincia de Santa Fe, pero desde el municipio pusieron la excusa de que exponía a los vecinos que desempeñarían este rol. Sin embargo, la exposición a la violencia ya la sufren todos los días y sin contar con ningún acompañamiento”.
Para ella “es importante generar una dinámica de traslado de conocimiento, habilidades y tecnología a las organizaciones sociales y a las personas que están al frente de estas organizaciones para que puedan abordar la violencia comunitaria. Ese es un punto de plena competencia municipal y no hay más lugar para desentenderse y dejar sola a la gente”.
Consultada sobre cómo surgió la idea de este programa, Irigoitía destacó: “Entendía que en los barrios hay muchísima información, y de gran valor. Basta conversar con los vecinos o con los referentes para armar los mapas de cada territorio. También para ser receptor de la indignación que les genera la lógica de que si ellos saben todos los movimientos, dónde están los puntos conflictivos, quiénes son los actores, ¿cómo puede ser que la policía o el Estado no los sepa? Desde allí creemos que desde la Municipalidad se pueden generar herramientas para prevenir o desactivar conflictos, si esa información llega a tiempo y bien. Es un trabajo de mucha cercanía con el vecino, porque se trata también de reconstruir la confianza”.
El proyecto original planteaba la propuesta para elevar a provincia y conseguir financiamiento en el marco del programa Vínculos. “En el Concejo nos pidieron que lo separáramos, así que, hace algunas sesiones salió un decreto solicitando al intendente que aprovechara el programa provincial y, por otro lado, ingresamos uno específico sobre la creación del programa de mediadores comunitarios, que ahora se está volviendo a discutir”, agregó.
Consultada sobre la recepción de las organizaciones, aseguró que es, por un lado, positiva, pero también de desconfianza: “Para convocar a los referentes a que se sumen a la red y se conviertan en mediadores, primero hay que reconstruir algunos vínculos. Por eso la apuesta es a mediano plazo. Hay que ir generando respuestas, mensajes, que sirvan para ir ganando su confianza y creyendo en la potencialidad del programa”.
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