Naiara es una de las alumnas de la escuela Leónidas Gambartes que ayer terminó internada en el hospital de Niños Victor J. Vilela tras sufrir síntomas compatibles con la intoxicación por monóxido de carbono. Este viernes fue dada de alta y, acompañada de sus padres Javier y Soledad, mantuvo un diálogo con De 12 a 14 (El Tres) en el que brindó un relato pormenorizado de lo que vivió este jueves junto a sus compañeros en el marco de una presunta prueba de seguridad de los artefactos de calefacción que se realizó en la institución de parte del Fondo de Asistencia Educativa (FAE).
La adolescente de 15 años, quien dejó el centro médico ubicado en Italia y Rueda, con una serie de recomendaciones y una lista de estudios pendientes debido a la situación que atravesó ayer, calificó como “caótico” el operativo sanitario desplegado, ya que según denunció, no había máscaras de oxígeno suficientes.
Luego, dio detalles sobre la prueba de las estufas: “Antes del recreo, cuando tenemos Formación ética, los gasistas entran para revisar las estufas, lo hacen a simple vista y se van. Tenemos el recreo y volvemos al aula a las 9, con Historia. Estábamos copiando cuando entran los gasistas, pasan por las estufas y las prenden, la del lado de la ventana larga olor a quemado. La de la izquierda, que está encima de mi banco, larga una llama pero no prende la pantalla. Sentimos un olor a fas fuerte, fueron unos 5 minutos”, comenzó.
Según remarcó, fueron a pedirle a los gasistas que apaguen las estufas porque ya experimentaban dolor de cabeza. “Nos dijeron que no las podían apagar porque la estaban probando, tuvimos que abrir las ventanas y llegó un momento inevitable que nos empezamos a descomponer todos”, continuó.
“Yo empecé a sentir ganas de vomitar”, confió. De acuerdo a sus dichos, los alumnos subieron a la terraza para tomar aire. “Yo seguía mareada y con ganas de vomitar, el dije a Morena voy al baño. Con Bianca, otra de las chicas que fue internada, estábamos las dos descompuestas”, agregó y advirtió que ambas fueron acompañadas al sanitario por la directora de la Gambartes y dos preceptoras.
“Se nos empezó a nublar la vista”, sostuvo para dejar en claro que lejos de apaciguarse, los síntomas recrudecían. La ambulancia, según dijeron podría tardar unas dos horas. “Cuando nos bajan estábamos perdiendo la conciencia, eran casi las 10.15 cuando llegó la primera ambulancia, nos trasladan al Vilela las más graves. Después llega Bianca, que estaba tan descompuesta que no se podía mover, le pusieron una vía porque éramos tres con dos mascarillas”, agregó.
“Cayeron otros con vómitos y con frío, con dolor de cabeza, no podían caminar porque les temblaban las piernas”, sumó.
Consultada sobre cómo se sentía tras haber transitado semejante malestar, observó: “Hoy pienso que podían haber pasado un millón de cosas, es shockeante. Nos dijeron que abriéramos las ventanas”, lamentó.
Los padres de la joven expresaron su preocupación con relación al estado de salud de su hija y su encono hacia la escuela. “Estamos enojados, sobre todo por la versión que instalaron que los chicos no estaban en el aula”, indicó el papá, quien también apuntó al protocolo de seguridad que desplegaron desde la institución.
“Estoy indignada”, manifestó la madre. “Hoy recién estoy cayendo en lo que podría haber pasado, fue gravísimo. Los chicos deberían haber ingresado en otro momento”, se quejó.
Por último, remarcaron sobre el estado de salud de la niña: “Puede llegar a tener secuelas”, destacaron. Las indicaciones médicas son reposo al menos durante una semana y la práctica de una serie de estudios para chequear su estado.