Desde hace semanas se viene hablando de esta nueva clase de hepatitis que ya afecta a niños de varios países y tras la confirmación del primer caso en el país, que según datos del Ministerio de Salud de la Nación afectó a un niño rosarino de 8 años, las alarmas de madres, padres y tutores se encendieron.
Es poco lo que se sabe por el momento de esta enfermedad y su origen aún es desconocido. Según el último reporte elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), se detectaron 228 casos en todo el mundo de esta hepatitis no identificada.
Los primeros casos de la enfermedad fueron reportados en el Reino Unido el pasado 5 de abril. Luego se sumaron casos en España, Israel, Dinamarca, Italia, Indonesia, Bélgica e Irlanda. Actualmente, ya se notificaron casos en más de 20 países, incluido el continente americano y —desde este miércoles— uno en Argentina. Además, en el informe del 1º de mayo, los casos diagnosticados fueron de casi el doble de los anunciados en el resumen anterior.
Ante la incertidumbre, el hepatólogo Marcelo Silva (Matrícula Nacional 57660) recomendó "no entrar en pánico", sino estar "atentos" a los síntomas y —ante la duda— realizar consulta médica a tiempo.
Cuáles son los síntomas de la hepatitis aguda
Consultado por GO Noticias, el jefe de la Unidad de Hepatología y Trasplante de Hígado del Hospital Universitario Austral, Marcelo Silva, destacó que esta hepatitis de origen todavía desconocido tiene los mismos síntomas que cualquier otro tipo de hepatitis. Ante la aparición de los siguientes síntomas, el especialista recomendó hacer una consulta con el pediatra.
- Fiebre alta
- Náuseas
- Vómitos
- Orina oscura
- Materia fecal de color claro
- Coloración amarillenta de la piel y los ojos, llamada en términos médicos ictericia.
¿Cómo se trata la hepatitis aguda infantil?
Silva explicó que el tratamiento para los casos de este nuevo tipo de enfermedad "es de sostén", para que la infección evolucione "de una manera sustentable", pero aclaró que no existe un tratamiento puntual.
La alarma en la comunidad médica se encendió porque la necesidad de trasplante en niños creció exponencialmente ante esta nueva variante. "Las hepatitis producen casos fulminantes en menos del 1% y ahora es cerca del 10%", comentó el profesional de la salud.
Respecto al origen de esta nueva forma de hepatitis, la principal sospecha de la comunidad científica es que se trata de un adenovirus, es decir, los virus que habitualmente generan infecciones gastrointestinales comunes. Sin embargo, para conocer con precisión el origen de esta nueva enfermedad resta conocer la secuenciación genética completa y eso "va a llevar un tiempo". "Esperamos esa información con ansiedad, porque algo se está cocinando", expresó el especialista.
De todas maneras, el hepatólogo explicó que no es la primera vez que se desconoce el origen de una inflamación en el hígado, pero como la población está muy alerta ante la aparición de nuevas enfermedades, la detección de esta variante tuvo más impacto. A pesar de ello, destacó que "hepatitis de causa no clara hay un montón", por lo que pidió "no entrar en pánico".
En este sentido, destacó que desde 2005, en Argentina se lleva adelante "un excelente plan de vacunación" contra las hepatitis virales, incluso las que afectan mucho a los niños. Actualmente, "la inmensa mayoría de los chicos están vacunados y no deberían cursar ninguna hepatitis", aseguró Silva, por lo tanto, "cualquier hepatitis aguda en chicos llama la atención". Antes de la implementación del plan de vacunación, la hepatitis a era la principal causa de trasplante de hígado.
Qué es la hepatitis
La hepatitis es una inflamación en el hígado que puede ser causada por virus, bacterias o por consumo excesivo de alcohol. Las hepatitis detectadas hasta el momento por la OMS son A, B, C, D Y E. En la mayoría de los casos, la hepatitis suele ser una enfermedad aguda, pero los cuadros pueden complicarse y convertirse en dolencias crónicas.
La hepatitis A se transmite al consumir alimentos o agua contaminados o por tener contacto con una persona infectada. La infección está asociada a la falta de agua potable y condiciones pobres de higiene. Por lo general, las personas que transitan la enfermedad se recuperan totalmente y adquieren inmunidad de por vida.
La hepatitis B suele transmitirse al momento del parto o por contacto con sangre o fluidos corporales de una persona infectada. Esta segunda vía de contagio puede ocurrir durante relaciones sexuales sin profilaxis o inyecciones no esterilizadas. La hepatitis B puede generar tanto a un cuadro agudo como a una enfermedad crónica. Tanto para la hepatitis A como la B, la vacunación es la forma más eficaz para prevenir el contagio.
La hepatitis C también se contagia principalmente por el contacto con la sangre de una persona que cursa la enfermedad. Los síntomas varían entre una dolencia leve, que puede durar algunas semanas, y una enfermedad grave de por vida. Actualmente, no existen vacunas contra la hepatitis C.
Para contraer el virus de la hepatitis D es necesario que la persona previamente esté infectada con el virus de la hepatitis B. Según la OMS, las poblaciones más afectadas por esta variante de la enfermedad son las poblaciones indígenas, quienes se someten a hemodiálisis y los consumidores de drogas inyectables. Gracias a la vacunación efectiva contra la hepatitis B, los diagnósticos disminuyeron notablemente desde la década de 1980.
La hepatitis E se transmite vía fecal-oral, principalmente a través de agua contaminada. La zona del mundo con más casos reportados es Asia oriental y meridional. Existe una vacuna para prevenir el contagio de esta cepa de la hepatitis, pero actualmente solo está aprobada y comercializada en China, según publicó Página12.