El jueves 13 de enero del 2022 será recordado como un día histórico para la ciencia Argentina ya que fue la fecha en la que se lanzó al espacio a “San Martín”, el primer minisatélite de industria nacional. El profesor a cargo del proyecto, dio detalles de la iniciativa y su función.
“La iniciativa empezó hace dos años en la escuela técnica, les llevé el proyecto a los chicos que primero pensaron que estaba loco, pero cuando les empecé a explicar de qué se trataba, me dijeron que lo iban a poder hacer”, contó en A Diario (Radio 2), Alejandro Cordero.
De acuerdo al docente, lo que se vivió el jueves fue de mucha emoción para todos los que estuvieron al frente de esta iniciativa. “Esperaba repercusiones, pero no de la forma y la magnitud en la que se vivieron, casi que se transmitió por cadena nacional”, reconoció.
Con respecto a la función que cumplirá San Martín, Cordero explicó que “va a darle conectividad de forma remota a lugares donde no la hay y con esto permitir la sensorización del campo, la agricultura, la minería y el petróleo”.
“La idea es que con esto podamos tener mayor productividad, generar una mayor ganancia al sector agropecuario pero con una mayor producción lo que permite aumentar el ingreso de divisas. Es una cadena y un círculo virtuoso”, remarcó el profesor.
El proyecto contó con el apoyo de una gran cantidad de empresas y científicos de todo el mundo, pero también del Estado nacional a través del Ministerio de Desarrollo Productivo. “Tuvimos un acompañamiento muy importante del ministerio con casi 50 millones de pesos. Sin eso era casi imposible lograrlo y las inyecciones de capital privado también fueron importantes”, aseveró.
Además, criticó a quienes consideraban descabellada la idea y dejó un mensaje de optimismo en cuanto al desarrollo científico espacial en el país. “Lo que planteaba la gente obtusa sobre que era imposible hacer un satélite tan chiquito y en tan poco tiempo, que se lo digan a los doctores que trabajan conmigo y en agencias espaciales que están validando constantemente el proyecto”, remarcó Cordero.
“La locura se corta con la cordura, la hipótesis se corta con el proyecto,los hechos matan el relato. Entonces esto que materializamos nosotros es un trabajo de ciencia donde en 9 meses desarrollamos un satélite, algo que era casi imposible de hacer”.
Por último, el docente destacó el trabajo de los alumnos de la escuela técnica de Mar del Plata. “Fueron muy activos, ellos tienen una formación muy grande en programación y diseño. Entonces desarrollaron el 100% del software y diseñaron las plaquetas. Obviamente que estaban coordinados por ingenieros, pero ellos fueron los que desarrollaron el corazón del proyecto”, concluyó.