La diputada provincial Matilde Bruera dijo que la implementación del uniforme para presos de alto perfil en las cárceles no es otra cosa que “política del espectáculo”, puesto que es una medida para ser “exhibida” por el gobierno provincial, además de ser una norma “contraproducente” e “ineficaz”.
En diálogo con El Contestador (Radio 2), la legisladora del PJ y docente de derecho penal agregó que el uniforme naranja dispuesto para 60 internos de “nivel 1” acabará empoderando a este tipo de reclusos, con un efecto contraproducente, porque los demás presos identificarán a los “jefes” por el mero color anaranjado, según argumentó.
En ese plan de críticas, Bruera, ex defensora pública, dijo que esta apuesta de la Secretaría de Asuntos Penitenciarios es una medida “trasnochada” que en la Argentina “se eliminó en la década de 1940”.
“Que en la era de la videovigilancia, de la inteligencia artificial, controlemos a los presos con uniformes, es ridículo e ineficaz”, fustigó.
Por otro lado, la legisladora de mandato cumplido y docente de derecho penal dijo que este tipo de uniformes están prohibidos por las reglas del tratamiento de reclusos de Naciones Unidas, las llamadas Reglas de Mandela, que fueron incorporadas a la Constitución Nacional.
“El criterio con el que la provincia usa el uniforme no es admisible –amplió–. Si a un juez le llevan un preso con uniforme naranja, por alguna razón tiene que prohibirlo en la audiencia, ya que se usa con «criterio de exhibición», no es para usarlo dentro del penal”.
Por eso, la legisladora criticó esta disposición como una “política de exhibición” que, para colmo, “copia el color de Estados Unidos”, dijo.