Un ladrón que quiso robar un quiosco “inteligente” quedó en ridículo: sacó un arma, dio un golpe y finalmente tuvo que escapar corriendo antes de que la persiana del local se cerrara ante sus narices. Todo fue filmado por las cámaras de seguridad.
“No te puedo dar nada porque no estoy ahí. Estoy a distancia”, le advirtió la empleada. El delincuente, que tenía colocado un caso, le había exigido dinero.
Fue en un negocio de la la localidad bonaerense de Hurlingham, que funciona desde mayo.
El hombre entró al kiosco, adonde se paga y se recibe la mercadería a través de un buzón, simulando ser un cliente. Fue hasta la pantalla del Pago Fácil y la empleada le advirtió que no había sistema. Pero enseguida reveló sus verdaderas intenciones: como los productos se encuentran dentro de máquinas protegidas por acrílicos y con pantallas táctiles, no le quedaba otra que asaltar a quien atendía, algo imposible porque no estaba en ese lugar, sino detrás de una cavidad cerrada, observando y escuchando todo, vía streaming.
“Mi compañero se dio cuenta, activó la alarma y se empezó a bajar la cortina. Entonces se fue, porque se iba a quedar encerrado”, contó Camila, la empleada.
El dueño del quiosco dijo que “trabajar a distancia fue la solución” contra los robos. Algunos empleados, incluso, atienden a 10 cuadras de distancia.