La organización de conservación de vida silvestre Fauna y Flora International (FFI) anunció el descubrimiento de una nueva especie de iguana "escondida a plena vista" en el Caribe oriental. Fue bautizada como iguana de las Antillas del Sur.
Durante mucho tiempo se pensó que en esa región sólo había dos especies de iguanas, la de las Antillas Menores, en peligro de extinción, y la iguana verde común.
El año pasado, gracias a una investigación en la que colaboró la FFI, la iguana rinoceronte de Granadinas y la iguana de Santa Lucía fueron reconocidas formalmente como subespecies endémicas por derecho propio.
Ambos animales corren el riesgo de desaparecer, por lo que están protegidos y es ilegal comerciarlos sin tener permiso de las autoridades.
Ahora, un análisis más a fondo reveló que existe otra especie más, que bautizaron como iguana de las Antillas del Sur. El reptil, de unos dos metros de largo, se caracteriza por tener varios cuernos en la nariz, una cresta alta y ojos de color marrón oscuro. La FFI asegura que ya están involucrados en su conservación, pues desde hace años protegen a dos de sus subespecies, las mencionadas anteriormente.
"Santa Lucía solía llamarse «Iyanola», que significa «Tierra de las iguanas»", indicó Pius Haynes, jefe de Vida Silvestre del Departamento fortestal de dicho Estado insular, que ha participado en esta investigación. "Nuestras iguanas tienen un papel crucial en la regeneración de los bosques mediante la dispersión de semillas", añadió.
El pasado mes de abril la iguana negra de Saba, autóctona de dicha isla neerlandesa y la vecina británica Montserrat, también fue reconocida como una especie completamente separada.
No obstante, "las iguanas del Caribe están en grave peligro debido a las especies exóticas invasoras [la iguana verde común y la iguana cornuda centroamericana], la pérdida de hábitat, la caza excesiva de carne de animales silvestres y el comercio [ilegal] de mascotas", explicó Jenny Daltry, bióloga de la FFI, que participó en la investigación.
Según publicó RT, uno de los problemas es que dichas especies invasoras se reproducen rápidamente e incluso se mezclan con las iguanas nativas. Su descendencia híbrida es prácticamente indistinguible de las iguanas de las Antillas Menores, pues tienen el mismo color, lo que dificulta la labor de protección.