Las fiestas clandestinas en Rosario tuvieron su estallido durante la pandemia de Covid-19 y si bien en la actualidad disminuyeron, continúan existiendo. Algunos son desbaratadas, otras logran el objetivo de permanecer ocultas de los agentes municipales. Desde la Cámara de la Industria del Entretenimiento Argentino (Idear) de Santa Fe analizaron las razones de estos eventos.
Gustavo Fernández, vicepresidente de Idear de la provincia, explicó en El mejor día de la semana (Radio 2) que se trata de un "fenómeno que durante la pandemia se intensificó mucho y que hoy todavía hay casos. Esto está planteando que los chicos buscan algo para divertirse o un nuevo formato de diversión".
Consultado sobre los motivos por los cuales los jóvenes prefieren estos encuentros bailables, Fernández señaló que se trata de un género en musical en particular: "Lo que está pasando en Rosario es continuidad de un tipo de evento que es la música electrónica, la mayoría de los afters fueron apuntados. Es un plus a ese tipo de diversión".
También indicó que la edad de los participantes tiene mucho que ver, ya que en algunos casos de fiestas que fueron desactivadas recientemente, había menores. "Nosotros ese punto lo trabajamos fuerte, se pide DNI, tenemos adicionales de policías y municipal controlando el ingreso", afirmó.
Acto seguido, el vicepresidente explicó por qué se habla de clandestinidad. En ese sentido, indicó que son fiestas que no están autorizadas, "no cuentan con el permiso correspondiente" y además, rompen con el horario establecido en la ordenanza municipal.
Finalmente, Fernández apuntó que la existencia de esos eventos no perjudica a los locales que forman parte de la Cámara sino que en la ciudad "ambas propuestas conviven".