Ruben Romero, padre de cuatro, de 45 años, había estado planeando el búnker hace unos ocho años y decidió que ya no quería vivir una vida lujosa en Peachtree City, Georgia, Estados Unidos. El lugar de 557 metros cuadrados cuenta con habitaciones y las instalaciones propias de una casa.

Junto con su esposa Joan, de 45 años, descubrieron que se estaba renovando un búnker al estilo de la década de 1960. Después de comprarlo, pasaron los siguientes años convirtiéndolo en la nueva casa de sus sueños y se mudaron con tres de sus cuatro hijos, Enoc 18, Sion 15 y Celestial de 12.

Sin embargo, hay una cosa que no agregaría a la propiedad subterránea: un tragaluz. Romero le dijo a The Sun: "No me gusta tomar decisiones por miedo y trato de evitar eso, no me preocupa que pase nada".

El búnker está protegido contra pulsos electromagnéticos, lo que significa que tiene una malla de cobre que lo enjaula. Además tiene una puerta blindada de 1360 kilos en la parte delantera y una puerta blindada de 907 kilos en la parte trasera.

El proyecto aún no está completo, ya que el Romero está instalando un sistema de ventilación de recuperación de energía para ayudar a mantener el flujo de oxígeno en el búnker.

Aunque algunos pueden sentirse claustrofóbicos en una casa subterránea, los techos miden alrededor5 metros, lo que deja espacio para el segundo piso que planea construir y en ese sentido agregó: "Quiero convertirlo en un espacio increíble y haré lo que tenga que hacer para convertirlo en el mejor hogar".

Ruben dijo que su "visión definitiva" es convertir el búnker en un área donde sus hijos puedan traer a sus familias y socializar.