El congelamiento de precios de los combustibles por 90 días podría ser una bocanada de aire para los empresarios que los venden. En el marco de un descenso del consumo, la posibilidad de mantener un precio de acá a fin de año podría generar un repunte. Al menos esa es una de las lecturas que realizaron desde la Federación de Expendedores de Nafta del Interior ante la intención del Gobierno nacional de tender una mesa con las petroleras para frenar los precios.
Aunque ayer a la mañana el presidente la incluyó como una medida concreta, la suspensión por tres meses de cualquier suba de precios de los combustibles, es aún una materia de consenso. Anoche, el Gobierno nacional confirmó que llamará a la puerta de las firmas a fin de llegar a un acuerdo. En contacto con Radiópolis (Radio 2); el representante de los expendedores de nafta del interior del país, Daniel Giribone, brindó su mirada en este sentido. “Tendrían que haber hablado primero con las petroleras”, apuntó y remarcó la necesidad de acordar con el sector.
Luego, se preguntó en relación al posible congelamiento de precios: “¿Quién lo va a pagar, las petroleras o el gobierno”? Y aseguró: “El Gobierno tiene herramientas para hacerlo. Esperamos que la inteligencia de un lado y del otro lleven las cosas a un estado lo menor doloroso posible para todos”.
“No recibimos ninguna modificación (en el precio)”, señaló y recordó que la última modificación fue el pasado 2 de julio. “Para nosotros no es malo –el congelamiento de precios–en un estado de recesión, de una caída del 9 por ciento interanual del litro, esto trae un poco de oxígeno, nos permite aumentar los litros”, explicó. Sin embargo, cuestionó: “¿Qué pasará el día 91”?
Luego, observó: “Lo que tratan de ver es cómo morigerar el golpe de las petroleras con algún subsidio o ayuda, el gobierno tiene la posibilidad de modificar los impuestos internos, a lo mejor puede sacrificar los ingresos para no golpear las cajas de las petroleras”. Por último, apuntó como inconveniente: “No es bueno si parte del combustible se exporta a 62 dólares y acá se va a pagar 45, alguien va a perder. En Vaca Muerta los inversores buscan rentabilidad y no es lo mismo 62 que 45”, cerró.