Las denuncias de corrupción contra el ahora ex fiscal regional de Rosario, Patricio Serjal, y el fiscal Gustavo Ponce Asahad sacudieron a todo el Poder judicial santafesino. El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Rafael Gutiérrez, expresó “mucha preocupación” por los últimos acontecimientos, pero por su parte otro ministro de la Corte, Daniel Eerbetta, mantiene su confianza en el sistema y descartó de un mecanismo de corrupción más amplio y enquistado.
“Es imposible que exista un sistema de caja negra (en el reformado sistema judicial)”, observó Erbetta en contacto con el programa Radiópolis (Radio 2). Es decir, un mecanismo de recaudación ilegal dentro del Poder judicial como ocurre en algunos sectores de la Policía: dinero a cambio de protección.
“No es posible porque tenemos un sistema muy transparente, muy expuesto, con mecanismos de control”, aseguró el juez que recordó que antes de la reforma de 2014 “había que desconfiar del poder del juez de instrucción” y que si bien ahora hay que desconfiar del poder del fiscal, el Ministerio Público de la Acusación (MPA) cuenta con mucho “monitoreo para evitar corrupción y mala praxis”.
“Está tan visibilizado que así como el sistema muestra sus bondades, muestra sus debilidades”, llamó la atención.
Con todo, se mostró en contra del control de la Legislatura sobre los fiscales, un cambio introducido por ley provincial en noviembre de 2016 que todavía divide opiniones.
Tras el escándalo de Serjal y Ponce Asahad, el control legislativo sobre los fiscales volvió a ponerse a la orden del día. Para Erbetta no es adecuado por varias razones: entre ellas, la lentitud a la hora de tomar medidas que llevan a espacios de “inercia e inactividad absolutas”.
“A veces la Legislatura funciona con acuerdos políticos que no son fáciles de lograr y en medio de la búsqueda de los consensos, el tiempo pasa y lo que hay en juego es muy grave. La respuesta tiene que ser lo más rápida posible y las cosas deben aclararse rápidamente para preservar la salud del sistema”, dijo.