La llegada de la pandemia de covid-19 provocó que más de dos millones de familias argentinas deban afrontar una reducción en sus ingresos laborales y dejó, hasta el momento, a uno de cada cinco hogares con al menos una deuda, según una encuesta de Unicef Argentina.
El informe titulado "El impacto de la pandemia Covid-19 y las medidas adoptadas por el Gobierno sobre la vida cotidiana" se realizó por tercera vez en el año y arrojó que, de todos los hogares con niños, niñas y adolescentes que enfrentan una reducción de ingresos laborales (cuatro de cada diez), alrededor del 70% de ellos perdió la mitad o más de la mitad de sus remuneraciones.
La baja de las horas se situó como la principal causa asociada con la disminución de ingresos (36%), y a esta le siguen la caída del nivel de ventas, pedidos o clientes (28%) y hogares con miembros que sufrieron suspensiones en sus empleos (19%).
En comparación con el último relevamiento, realizado en el mes de julio, los resultados de esta nueva encuenta representan un empeoramiento de la situación laboral en todos los casos.
A la hora de analizar los hogares endeudados, el sondeo concluye que el 36% utilizó los fondos prestados para comprar alimentos. En el caso de villas y asentamientos, entre julio y octubre último se incrementó la cantidad de familias que debieron recurrir a un préstamo o fiado para conseguir comida, pasando del 25% al 30%.
Otras de las cuestiones revisadas tiene que ver con el desempleo, en donde se advirtió que el 12% de los trabajadores perdió su empleo durante la pandemia, lo que representa a 1,1 millones de personas.
Además, el 28% tuvo que dejar de comprar algún alimento por no tener dinero y en el 8% de los hogares hay al menos un miembro que concurre a un comedor comunitario.
Muchos adolescentes tuvieron que comenzar a trabajar como parte de las consecuencias económicas de la pandemia, y sobre esto Unicef señaló que un 16% de este segmento etario manifestó realizar actividades laborales y el 46% aclaró que no lo hacía antes de la cuarentena.
El impacto sobre la educación
Según el informe, en un año en el que las escuelas se mantuvieron cerradas la alternativa de las clases virtuales no fue muy efectiva: el 58% de los estudiantes tuvo complicaciones para mantener la atención, mientras que el 31% no pudo sostener una rutina relacionada con el aprendizaje durante la pandemia.
Respecto del acompañamiento que chicos y chicos recibieron en sus casas, se indica que en el 85% de los casos fueron las madres quienes los ayudaron en la realización de las tareas, mientras que solamente en un 24% de los hogares se registró ayuda por parte de los padres.
A partir de esos resultados y con la expectativa puesta en la vuelta a la presencialidad, Unicef llama a lograr un acuerdo social para priorizar la educación y reabrir las escuelas lo antes posible.
En el mismo sentido, Luisa Brumana, representante de Unicef Argentina, precisó que el regreso a las aulas debe ser "lo más seguro posible" y que "sería fantástico que los adultos que trabajan en las escuelas llegasen a entrar en el primer corte de vacunación" contra el coronavirus.
Menos controles de salud
En materia de salud, el 42% de los hogares afirmó que no sostuvo los controles de necesarios para el conjunto del hogar o alguno de sus miembros, mientras que el 20% no pudo mantener la vacunación de sus hijos e hijas.
Estos números descienden cuando los hogares se encuentran localizados en villas o asentamientos donde el 38% de los hogares no ha podido llevar adelante los controles de salud y el 14% la vacunación.
Al contrario, sube en aquellos hogares que perciben AUH, en los cuales el 47% no han podido continuar con los controles de salud del hogar y 22% con la vacunación de los niños y niñas.
La encuesta fue realizada entre octubre y noviembre en 2.351 hogares con al menos un niño, niña o adolescente en todo el país.