El estado de Georgia (EEUU) anunció este viernes que habrá un recuento de los votos en ese territorio ante lo ajustado de los resultados, en un momento en el que el candidato demócrata Joe Biden lidera el conteo por algo más de mil sufragios.
“Con un margen tan estrecho, habrá un recuento en Georgia”, dijo en una rueda de prensa el secretario de Estado de ese estado sureño, Brad Raffensperger.
Hasta las 16:00 GMT, Biden obtuvo 2.449.590 votos, que equivale al 49,39%; mientras que Donald Trump sumó 2.448.492, traducidos en un 49.37%. Se escrutó el 99%.
Este viernes a la mañana, Pensilvania, la máxima obsesión del Partido Demócrata, pasó al campo de Biden. Trump, que llegó a tener una ventaja de más de diez puntos, quedó por debajo de su rival tras el avance del procesamiento de los votos por correo. El ex vicepresidente lidera por 49,5% a 49,4%, faltando alrededor del 2% de los sufragios por contar. El jueves a la noche, Donald Trump se imponía por 50.000 votos de diferencia, pero ahora lidera Biden por 5.594.
Los demócratas tenían una idea fija desde el comienzo de la campaña electoral: reconstruir el “muro azul”, como se conoce a los estados en los que el partido ganó casi sin excepciones las elecciones presidenciales durante décadas. Tres ladrillos se cayeron de ese muro en 2016: Wisconsin, Michigan y Pensilvania.
Tan segura estaba Hillary Clinton de que ganaba en los tres estados del Medio Oeste -como mostraba el promedio de las encuestas-, que ni se molestó en hacer campaña en ellos. Pero, para sorpresa de todos, Trump se impuso en el trío por un margen inferior al punto porcentual. Si hubiera ganado los 46 electores que reparten, Clinton hubiera sido presidenta.
Por eso, Biden se propuso retener los 21 estados en los que ganó la ex secretaria de Estado y recuperar aquellos tres. Con ese objetivo en mente, los visitó en varias oportunidades y cerró la campaña en Pensilvania, que es el que ofrece más electores (20). Por otro lado, es el estado en el que nació, en la ciudad de Scranton. Si bien vive en Delaware, siempre se proclamó como hijo predilecto del estado y decía ser el “tercer senador” de Pensilvania cuando representaba al vecino.
El recuento empezó muy mal para el candidato demócrata, con ventajas de Trump en los tres, que lo hicieron temer una repetición de la historia de 2016. Sin embargo, a medida que empezaron a pasar las horas y las autoridades fueron contando los votos por correo, el panorama cambió.
Durante la madrugada, Biden pasó al frente en Wisconsin y se confirmó su triunfo por 49,6% a 48,9 por ciento. El miércoles a la mañana, se sumó Michigan, con un margen mucho más holgado del que parecía posible un día antes: 50,6% a 47,9 por ciento.
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