El conocido refugio para personas en situación de calle Sol de Noche se encuentra en la cuenta regresiva de su actividad en el predio de pasaje Marconi 2040, debido a que en septiembre culmina su contrato (ya prorrogado) en comodato con los propietarios que alojaron a decenas de rosarinos a lo largo de más de 10 años.
El referente del refugio, Juan Pablo Locatelli, dio algunos detalles sobre los avances con diversas instituciones para el traslado a otro lugar. Si bien, no hay lugares concretos en la mira, tiene confianza de que el lugar aparecerá, porque “todo cambio es una oportunidad”.
En diálogo con Rosario3, destacó que la Congregación de Misioneros Scalabrinianos les comunicó que no iban a renovar su contrato en comodato porque planean recibir a inmigrantes y refugiados. "Es algo muy loable y entendible, por lo que, cuando nos notificaron, acordamos prorrogar hasta este invierno para garantizar las 35 camas a los rosarinos, pero después de eso, retirarnos a otro lado”.
Luego, reconoció: “Sentimos este lugar como propio, y es una pena que debemos empezar de cero, pero tengo confianza de que conseguiremos un espacio de cara a septiembre. Tomo este cambio como una oportunidad para encontrar un lugar más grande y con capacidad para más personas”.
La tratativa y la inversión que requiere una mudanza
Consultado sobre la búsqueda de un predio para continuar su actividad de asistencia a personas en situación de calle cada temporada invernal, destacó: “Estamos con muchas reuniones con los funcionarios de Desarrollo provincial y municipal, y buscando opciones en clubes rosarinos, con el Arzobispado para ver si tienen algún edificio en desuso que nos pueda facilitar, y también con templos evangélicos”.
Locatelli confirmó que “el refugio cortará su atención a personas en situación de calle a comienzos de septiembre próximo, para desinstalar y acondicionar todo de cara al 30 de ese mes que cerramos las puertas”. Según indicó, dejar el predio en condiciones “va a conllevar una inversión grande de dinero, pero hay compromiso desde el Estado provincial y el municipal en ayudar en eso”.
Si bien aseveró que al momento no hay un espacio concreto en miras, destacó que “el nuevo lugar que se consiga seguramente requerirá alguna reparación para ponerlo en condiciones como está el de pasaje Marconi”. Es por eso que desde hace unos meses "venimos realizando una campaña para recibir donaciones, como fue el recital de Ismael Serrano", observó.
La idea de la asociación civil es conseguir un lugar en comodato, como fueron todos estos años, donde ellos se encargan de pagar los impuestos, los servicios y el mantenimiento.
Consultado, afirmó que un alquiler no sería viable por el alto costo que conllevaría: “En términos de alquileres es un costo imposible. Vamos por la gratuidad en comodato. Sé que algo va a aparecer, tengo la providencia”.
Entonces, recapitulo: “Estamos en este predio desde hace más de 10 años. A fines del año pasado nos notificaron que el comodato, que vencía en febrero y no iban a prorrogarlo. A partir de reuniones pudimos convencer a las autoridades de la congregación scalabriniana a nivel nacional, y pudimos prorrogarlo por seis meses, y aseguramos la temporada del refugio este invierno. Le dimos impulso con la llegada temprana del frío, la ola polar, y los tiempos se van acortando de cara al cierre en septiembre”.
La situación de calle, un flagelo que avanza sobre varios sectores sociales
Más allá de la preocupación que tienen sobre el lugar en el que podrán funcionar en el próximo invierno, no está en duda la continuidad de la tarea social, sobre la que Locatelli aseguró que “es cada vez más necesaria porque la demanda hoy es cada vez mayor".
Fue entonces que el referente de Sol de Noche manifestó "cada vez son más familias, más mujeres y niños, jóvenes y adolescentes los que quedan en la calle, y la demanda es mayor a lo que podemos cubrir".
Según su estimación, la situación de calle fue cambiando: antes, la mayoría de las personas "sin techo", solían ser varones mayores, pero actualmente, quedan en la calle mujeres y jovencitos y detrás de esta situación, se evidencian problemas de consumo de drogas y conflictos familiares insalvables.
Por último, destacó una complicación que aparece en el abordaje de las familias que quedan en la calle. "Los miembros se tienen que separar porque los refugios son para hombres ó para mujeres con niños", dijo. Sin duda, un condimento más a la ya dramática experiencia que implica quedarse sin casa.