Bobi, un Rafeiro do Alentejo, una raza portuguesa, celebró este mes de mayo en su casa en el poblado rural portugués de Conqueiros, sus 31 años de vida.
Más de 100 personas acudieron a la "muy tradicional", dijo su dueño, Leonel Costa quien además mencionó que el animal figura en el libro Guinness de los Records desde hace un año cuando cumplió los 30.
El menú incluyó carnes y pescados locales para los 100 invitados, y un extra para Bobi, quien sólo come comida para humanos. Costa nunca imaginó que alguno de sus perros superara los 30 años.
Uno de los principales factores que contribuyen a la longevidad de Bobi es el "ambiente tranquilo y pacífico en el que vive", según Costa. A lo largo de su vida, Bobi deambuló con toda libertad por los bosques que rodean la casa de Costa. Nunca estuvo encadenado ni llevado correa. El "sociable" perro nunca estuvo solo porque creció rodeado de muchos otros animales, declaró Costa.
En los últimos años, Bobi tuvo problemas para caminar, por lo que prefiere pasar el tiempo en el patio de la casa. Su vista se deterioró, por lo que a menudo tropieza con cosas cuando camina. Al igual que los humanos de edad avanzada, Bobi duerme mucho. Se acuesta en cama inmediatamente después de comer, aunque en los días fríos elige tomar su siesta junto a la fogata, comentó su dueño.
El Servicio de Medicina Veterinaria del Municipio de Leiria confirmó la fecha de nacimiento de Bobi, el cual fue registrado en 1992. Su edad también fue verificada por SIAC, una base de datos para mascotas que cuenta con autorización del gobierno portugués y es administrada por el Sindicato Nacional de Médicos Veterinarios. Costa, de 38 años, tenía apenas 8 años cuando nació Bobi. Para él, Bobi es un recordatorio viviente del pasado, señaló.