La hilera de árboles al fondo, las vacas y ovejas que pastan por acá y por allá, el verde que le gana la batalla al cemento que todo lo conquista; Nuevo Alberdi se prepara en silencio para una revolución. Hay acuerdo entre las múltiples partes con deseos e intereses encontrados y por fin las 500 hectáreas de la zona rural del extremo noroeste de Rosario serán urbanizadas con un plan integral y ambicioso.
Después de años de acusaciones cruzadas, los tres Estados, los desarrolladores privados y los grupos sociales y políticos con presencia en el territorio lograron puntos en común. El masterplan dibuja una especie de ciudad dentro de otra: con casas para 60 mil personas (entre barrios residenciales y viviendas sociales), espacios productivos para el tambo (que se trasladará y ampliará), la reconversión de los 35 ladrilleros de la zona y otros nuevos proyectos, además de espacios verdes en las zonas inundables que se presentan como un futuro "humedal urbano".
Antes, claro, habrá que reubicar a más de 200 familias que viven sobre la franja del canal Salvat.
El Plan de Integración Sociourbana proyectado para ese tesoro de Rosario que presentó Ciudad Futura este jueves puede parecer demasiado, una utopía. Pero es el fruto de una década de trabajo y articulación. Los referentes del espacio que nació en ese punto de la ciudad como Movimiento Giros juran que hay espacio para los negocios inmobiliarios y los loteos pero también para urbanizar con eje en las necesidades de las mayorías. Y urbanizar no es solo construir casas: ya empezaron las “obras tempranas” de agua potable y la construcción de plazas. Se ampliará la escuela que ya existe (la Etica), con jardín, primaria y secundaria. Habrá presencia del Estado: desde seguridad a la universidad pública.
“Es un proyecto de integración y expansión urbana a la vez. Trabaja sobre un histórico barrio consolidado y excluido y sobre un nuevo proyecto de urbanización que amplía los límites de la mancha urbana. Al finalizar el proceso va a multiplicar por diez su población: de 6.000 a 60 mil. Una nueva ciudad”, dice el informe que presentó esa fuerza y compara: Venado Tuerto es la cuarta localidad más grande de Santa Fe con 75 mil habitantes.
De las inundaciones a la intervención integral
En 2007, las inundaciones de Nuevo Alberdi y Cristalería expusieron la crudeza de una zona olvidada de la ciudad. La historia siguió con una fuerte confrontación y con juicios cruzados por supuestas usurpaciones, con epicentro en el Tambo La Resistencia. En 2016, la gestión anterior presentó un proyecto pero nunca pasó del trazo grueso y fracasó. El estancamiento no le sirvió a nadie y la ley nacional de barrios populares aprobada en 2019 fue la llave para abrir ese candado: el barrio fue elegido entre los 13 primeros a urbanizar en el país (Programa Argentina Unida).
A fines de 2020, se aprobó la ordenanza marco en el Concejo y en julio de este año se avanzó con nuevos detalles. El plan ya es una realidad. En todo caso, hay “un verdadero laboratorio a cielo abierto para encontrar soluciones a los grandes desafíos de las sociedades del siglo XXI”, señala el documento de esa fuerza local.
La Municipalidad, brazo ejecutor junto a los gobiernos provinciales y nacionales, anunció los trabajos para dotar de agua potable a la parte "ya existente" del barrio. Parece mentira: tanta postergación por una obra que costará unos 35 millones de pesos. Equivale a, por ejemplo, el 0,07% del presupuesto municipal o el 0,006% del provincial, de este año.
La "Intervención integral Nuevo Alberdi" quedó incluida dentro del plan para barrios populares que anunció el intendente Pablo Javkin la semana pasada. Son 795 millones de pesos en total. La etapa 1 ya está aprobada: 132 millones para la mencionada red de agua potable, la “Canchita de Servellera" y "Plaza JJ Perez". La etapa 2: Red de cloacas, Escuela Ética y Plaza Ética (otros 663 millones).
El cuadrante está delimitado entre Granel, Grandoli, Canal Ibarlucea y Baigorria. Las familias beneficiadas serán 1.936, según el anuncio municipal.
Cuatro zonas y la donación anticipada
El nuevo Nuevo Alberdi se dividirá en cuatro partes. Hacia el este (mirando hacia Circunvalación, el Autódromo o el Bosque de los Constituyentes) estarán los espacios para construir. Los proyectos privados tienen una condición novedosa. En lugar de hacer la iniciativa propia y después concretar la inversión pública, como dictaban los convenios que instaló el socialismo y que podían demorar varios años, ahora habrá un mecanismo de “donación anticipada”.
“Los privados tienen que ceder el 30 por ciento de sus tierras para los espacios públicos: viviendas y espacios verdes. Pero no en cualquier lugar. Entre todos (Concejo y Ejecutivo) debemos acordar dónde. Y además si lo quieren hacer en las zonas inundables, se eleva a tres hectáreas por cada hectárea que deben donar”, explicó Juan Monteverde, referente de Ciudad Futura y candidato a concejal, a Rosario3.
La segunda diferencia con otras urbanizaciones es que habrá lugar para las grandes inversiones pero también para medianos con escala de “macromanzanas". Como sea, haber desbloqueado la cuestión de fondo ya es una buena noticia también para los privados.
Esa lógica habilitará espacios (más de 150 hectáreas) para mejorar la vida de un barrio con dos mil familias que “es uno de los más excluidos de toda la ciudad, con violencia (es el territorio con más armas por habitante) o la deserción escolar”. El censo realizado casa por casa resume las demandas así: “Vivir sin tardar horas para llegar al trabajo, la escuela o el hospital; vivir sin goteras, hundimientos ni mierda rebalsando; vivir respirando un mejor aire y comiendo mejores alimentos, con menos desigualdad y siendo libres de la precariedad y el miedo”.
Los otros dos cuadrantes del futuro Nuevo Alberdi lo conformarán los espacios verdes o parques y por último la zona productiva. Allí, en la zona inundable sobre el canal de Salvat se mudará el Tambo de La Resistencia (ahora está sobre bulevar Bouchard, que será el corredor comercial). El plan es concentrar, además, a los 35 ladrilleros que persisten en la zona rural de Nuevo Alberdi.
Ser hornero es un oficio artesanal muy duro, con consecuencias negativas para sus trabajadores. Por eso la apuesta es realizar, en los próximos años, una reconversión de esa actividad. Otro dato llamativo de esa zona es la incorporación de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) para montar un centro experimental que tendría un perfil agroecológico.
Mudanza del Tambo y pregunta
Aunque la trama siempre fue más compleja, la pulseada por el futuro de esas 500 hectáreas, la última gran reserva verde de Rosario, se resumió en un punto: el Tambo de La Resistencia. Su desalojo quedó en suspenso y eso permitió llegar a este punto de acuerdo: se mudará a unos metros de donde está, hacia el canal Salvat.
El tambo procesa entre 1.000 y 1.200 litros de leche por día, dos veces a la semana. En una pequeña planta ubicada frente a ese lugar producen dulce de leche y queso (100 kilos en promedio cada mil litros de materia prima). Trabajan diez personas y tienen unas 70 vacas.
A fin de año debería quedar en claro a dónde tiene que trasladarse esa unidad productiva que explota desde hace décadas el tambero Oscar Licera (a quienes se sumaron después militantes de Ciudad Futura y conformaron una cooperativa). Desde entonces, tendrá tres años para concretar la mudanza.
Proyectan asociarse con otros tambos pequeños que aún sobreviven en la región para procesar hasta siete veces la cantidad actual y multiplicar la producción y las fuentes de empleo.
La transformación del noroeste rosarino implica muchas obras y coordinación entre gobiernos y fuerzas políticas distintas. La apuesta es grande. Después de muchos años de desencuentros, como le dijo un vecino a unos de los censistas, “¿será que esta vez será?”.