Hay un cuento del tío que crece en los barrios de Rosario. Es el de un afilador -no se sabe si es uno o son varios-, que les dice un precio bajo a sus potenciales clientes para que acepten el servicio, y luego les cobra una cifra mucho mayor, bajo amenaza de no devolverles los cuchillos o tijeras.
El tema surgió por el llamado de un hombre llamado Daniel al programa La primera de la tarde (Radio 2). El oyente relató lo que escuchó desde la ventana de su casa, en la zona de Junín y Avellaneda: “Un vecino salió porque escuchó el sonido de un afilador que andaba por el barrio”, comenzó.
“El afilador le dijo que le cobraba 50 pesos para afilar un cuchillo. Mi vecino se lo dio, pero cuando terminó de hacer el trabajo le quiso cobrar 550 pesos”, advirtió.
Después, el oyente comentó que el afilador “se puso violento” y que, tras una discusión con el cliente, “le dijo que si no le pagaba los 550 pesos no le devolvía la cuchilla”.
Una vez que el oyente cortó, empezaron a “llover” testimonios de otras personas que habían pasado por la misma experiencia desagradable: en Fisherton, barrio Cura, zona sur, Avellaneda y Travesía, Santiago y Jujuy, y hasta en Granadero Baigorria se replicaban testimonios parecidos.
También llamó Omar, un hombre que lleva a cabo el oficio de afilador, para aclarar que va a domicilio y que cobra 200 pesos por cuchillo. “Es el precio que manejamos la mayoría de los afiladores”, destacó.