Una investigación realizada por los expertos de Verisk Maplecroft asegura que más de 400 grandes ciudades o metrópolis de todo el mundo, con una población total de 1.500 millones de personas, corren un riesgo "alto o extremo" debido a la contaminación, la falta de agua, el cambio climático y las catástrofes naturales.

Así lo señala esta organización especializada en el cálculo de riesgos medioambientales a nivel nacional e internacional que coloca a la megaciudad de Yakarta, asolada por la polución, las inundaciones y las olas de calor, en el primer lugar de la lista.

La contaminación que sufre la capital de Indonesia es un asunto tan grave que hace tres años la población comenzó a movilizarse para exigir a los gobiernos que tomen medidas.

La concentración industrial, el intenso tráfico y las centrales termoeléctricas de carbón que se ubican en las afueras de la ciudad son los principales responsables de esta situación. A esto, se sumaron en los últimos años los desastres provocados por el el calentamiento global.

Yakarta se levantó sobre tierras pantanosas, a los pies del mar de Java y cuenta con 13 ríos que la atraviesan. Aunque las inundaciones siempre han sido frecuentes, los expertos indican que está empeorando tanto que se considerada la ciudad del mundo que más rápido se está hundiendo.

Cerca del 20% de la ciudad ya se encuentra por debajo del nivel del mar, una cifra que, según los investigadores del Instituto de Tecnología de Bandung, se duplicará en 2050.

La situación es tan grave que el Parlamento indonesio aprobó recientemente un proyecto de ley para trasladar la capital administrativa a una ciudad de nueva construcción en la jungla de Borneo. Se llamará Nusantara, un antiguo nombre con el que los ciudadanos se refieren a todo el archipiélago indonesio, y tendrá unas características muy diferentes a la actual Yakarta.

El presidente indonesio, Joko Widodo, anunció que el proyecto tendrá un costo aproximado de 30.000 millones de euros, se diseñará siguiendo criterios que permitan un desarrollo sostenible, será bajo en emisiones de carbono y únicamente tendrá una extensión de unos 400 kilómetros cuadrados para evitar que la población se concentre en torno a este núcleo.

Widodo aseguró que el objetivo principal es construir una "ciudad inteligente, una urbe competitiva a nivel internacional, que sea la nueva locomotora que transforme el país".