Los cambios que trae la ley Bases en materia previsional, si es que son aprobados por el Senado nacional, significarán el fin de las moratorias y también, que las mujeres deberán esperar hasta los 65 años para jubilarse si no tienen los 30 años de aportes. Paralelamente en Santa Fe se abre un espacio de deliberación para una reforma de la Caja de Jubilaciones de la Provincia que hoy tiene un millonario déficit mensual.
En ese marco, Erica Telo, abogada especialista en Seguridad Social y docente de Derecho Laboral de la facultad dependiente de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), analizó con Rosario3 los cambios que podrían surgir en el sistema nacional y la necesidad de dar el debate “ahora” por el futuro de la Caja santafesina más allá de las resistencias.
—¿Los cambios en materia previsional que contempla la Ley Bases, si es que finalmente los aprueba el Senado, apuntan fundamentalmente al fin de la moratoria?
—La ley Bases tiene un solo artículo, el 226, que plantea derogar la ley 27.705 que implementó un plan de pagos para los que ya tienen la edad para jubilarse y no completaron los 30 años de aportes y también para aquellos que le faltaban 10 años y que sabían que no iban tener 30 años de aportes y podían empezar a completarlos. Si la ley se aprueba y tras la promulgación del Poder Ejecutivo, no habrá más planes de pagos para regularizar. Pero, se va a dar una Prestación de Retiro Proporcional, según los aportes que tenga cada uno, que no podrá ser mayor de la jubilación mínima y lo equipara con la Prestación Universal para el Adulto Mayor (Puam) que hoy significa un 80 por ciento de la jubilación mínima de alrededor de 222.113 pesos. Entiendo que el Gobierno, finalmente, va a reglamentar que quienes tengan hasta 15 años de aportes recibirán la mínima y los que no alcancen cobrarán la Puam. Con la nueva ley, tanto mujeres como hombres, deberán esperar hasta los 65 años para cobrar la jubilación si es que no cuentan con los años de aportes.
—Por consiguiente aquellas mujeres que no tengan los 30 años se van a poder jubilar recién a los 65 años y no a los 60 como ahora.
—Es que los aportes faltantes no se van a poder completar más. A los 65 años, el beneficio será proporcional a los aportes y si no cobrarán la Puam. La diferencia a lo que se sucede hoy, aunque falte aún la reglamentación, es que esa futura jubilada, que no llega con la cantidad de aportes, tendrá una prestación que es no contributiva por lo cual no podrá tener otro beneficio o no podrá seguir trabajando.
—¿Qué busca el Gobierno con esta ley?
—En los últimos años el espíritu del sistema previsional argentino fue repartir e incluir más. Si nos comparamos con otros sistemas regionales, somos los que más incluimos: el 85 o 90 por ciento de los adultos mayores están incluidos en el sistema previsional. Y eso niveló para abajo. Empezamos a darles a todos pero, para después pagarles dentro de un sistema contributivo a los que no habían contribuido, eso llevó a no pagarle bien a los que sí aportaron. Lo que se está queriendo hacer con esta ley es evitar el desfasaje de los que aportaron que con la inflación tuvieron una pérdida de un 50 por ciento, en cambio las mínimas no lo sufrieron tanto por los bonos otorgados. En definitiva, lo que busca el Gobierno es ser más justo con los que aportaron.
—¿Vamos a un aumento de la edad jubilatoria para las mujeres a los 65 años? Y a futuro, ¿también para los hombres?
—Estamos en la puerta y es lo que vendrá. Hay 125 cajas, entre provinciales, profesionales, municipales, y todos esos sistemas son antiguos, surgieron en otro contexto social. Tenemos que subir edades jubilatorias porque si no vamos a tener jubilados de estar jubilados y tener a ciudadanos que tendrán más tiempo de jubilados que de aportantes. Hay que subir las edades para jubilarse porque la gente vive más y no es la misma situación que teníamos cuando se dictaron las leyes.
—¿Hay también un factor de sustentabilidad del sistema para subir la edad jubilatoria?
—Sin duda. Desde 2018 existe la imposibilidad de intimar a que un trabajador se jubile y un empresario no lo puede obligar, al menos hasta a los 70 años. Hay muchos trabajadores quieren seguir haciéndolo porque si no deberán ajustarse a un 60 por ciento de lo que ganan y no hay sustitución entre el sueldo y la jubilación, mucha gente no se quiere jubilar. Hoy hay jubilados jóvenes, y se necesita que el sistema resista la cantidad de beneficiarios que tiene y tenga sustentabilidad económica.
—¿Para todos debería ser igual?
—Muchas cajas ya tienen como requisito los 65 años de edad para hombres y mujeres, incluso aumentando la cantidad de años de aportes. Hay cajas profesionales que ya requieren 35 años de aportes y 65 de edad. También hay regímenes diferenciales por el tipo de actividad que deberían revisarse frente al avance de la tecnología. En 2018 la Secretaría de Seguridad Social de la Nación ya quiso hacer un relevamiento de actividades y no hubo consenso para dar información por parte de empresas y sindicatos.
—¿Por qué nadie quiere dar la verdadera discusión en cuanto a la sustentabilidad del sistema jubilatorio?
—Nadie quiere correr con el costo político. La sustentabilidad del sistema la determinó la política. Desde 2005 fueron incorporando beneficiarios por las sucesivas moratorias y la caja de Ansés está engrosada. Empezamos a dar beneficios no contributivos dentro de un sistema contributivo. Hoy tenemos el 60 por ciento de los recursos de Ansés que se recaudan a través de impuestos (al cheque, a los combustibles, a los cigarrillos). La sustentabilidad, más allá de la ley, son determinaciones políticas.
Reforma a la santafesina
—¿Cuál es la situación actual de la Caja de Jubilaciones de la provincia y cuál es tu mirada sobre el proceso de discusión acerca de una reforma jubilatoria en Santa Fe?
—Festejo la decisión de dar la discusión por parte del gobernador. Hace años que se sabe que la Caja es deficitaria. Por mes, el déficit es de 23 millones de pesos, al menos hasta marzo pasado. Y ese déficit se financia con el Tesoro provincial que paga los beneficios. En 2012 la Organización Interamericana de la Seguridad Social hizo una evaluación y ya hablaba de un déficit importante. Se hicieron recomendaciones, les dejaron tareas, pero no se hizo nada y hoy llegamos a esos números. Es muy positivo que hayan mandado a crear una comisión, que ya tiene media sanción, para que estudie y redacte un proyecto de ley de reforma de la Caja y creo que del que surja resultará el texto definitivo en el que estarán todos de acuerdo en votarlo.
—¿Qué cambios deberían darse en la Caja?
—La Caja necesita una modificación. Hoy tiene un régimen general al que aportan funcionarios de los poderes del Estado y de los municipios y comunas, con un mínimo de 30 años de aportes y de 60 y 65 años de edad. Y a su vez, dos regímenes diferenciales, el de la Policía y el de los docentes. Del total de la Caja, los docentes ocupan el 45 por ciento y casi todas son mujeres. El tema es que por la edad jubilatoria y con la posibilidad de compensar aportes y edad, hay docentes que se jubilan hoy con 54 o 55 años de edad, es decir, se va gente muy joven. Habrá que tocar edades y también, el monto de los haberes que se pagan. Si bien tienen un tope, que es el 80 por ciento de lo que gana un juez de la Corte Suprema en actividad, ese tope es por beneficio y no por beneficiario. Hay jueces que en la actualidad tienen una jubilación y a su vez una pensión. Hay jubilaciones de hasta 7,5 millones de pesos.
—¿Cuándo hay que hacer la reforma en el sistema jubilatorio santafesino?
—Es de acá para adelante y me parece muy bueno que sea ahora. No hay que quedarse a esperar a que la Nación pague lo que debe a la Provincia en concepto de coparticipación (unos 700 millones de pesos) y parte de la coparticipación que se le debe es por reciprocidad a las Cajas que no fueron transferidas. Hay que ir haciendo la tarea casera y ver cómo solucionamos ese déficit.
—Pero hay un rechazo muy fuerte por parte de los gremios estatales y docentes a la posibilidad de una reforma previsional.
—Los gremios deben estar en la discusión de los cambios para no tener miedo y defender a los que hoy están aportando. Esto es a futuro. En cinco años no vamos a saber de dónde sacar los recursos. Los gremios deben ocuparse de defender a sus trabajadores y consensuar para tener una Caja con recursos a futuro. Sería muy malo que no se haga algo hoy porque mañana puede pasar como en los 90´ cuando las Cajas terminaron subsumidas en el régimen nacional.
—¿Qué hacer con la Caja del Arte de Curar que tanto malestar genera en sus aportantes?
—Es que esa Caja tiene 14 profesiones disímiles (médicos, psicopedagogos, psicólogos y bioquímicos, entre otros) aportando y no todos con los mismos ingresos. Encima, es una de las pocas Cajas que los aportes varían por la edad, a medida que vas cumpliendo años el aporte va aumentando. Y aportás desde el día en que te dan la matrícula y no desde cuando conseguiste trabajo. Hay un desfasaje que debería haberse corregido, pese a que hay un grupo de profesionales intercolegiales que están trabajando en el tema, incluso hay un proyecto en la Legislatura.
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