Francisco publicó este miércoles un mensaje por la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales y, en el mismo, solicitó una "regulación ética" para la Inteligencia Artificial (IA). Alertó por las deepfakes y otros "riesgos y patologías" asociados.
El sumo pontífice, además, destacó que la herramienta "solo ayudará a la comunicación si no anula el papel del periodismo sobre el terreno".
"Baste pensar en el problema de la desinformación al que nos enfrentamos desde hace años en forma de fake news y que hoy se sirve de deepfakes, es decir, de la creación y difusión de imágenes que parecen perfectamente verosímiles pero que son falsas (también yo he sido objeto de ello), o de mensajes de audio que utilizan la voz de una persona para decir cosas que nunca ha dicho”, señaló.
Además, en el escrito que lleva el nombre de "Inteligencia artificial y sabiduría del corazón: para una comunicación plenamente humana", el Papa sostuvo que "la simulación, que está a la base de estos programas, puede ser útil en algunos campos específicos, pero se vuelve perversa cuando distorsiona la relación con los demás y la realidad".
Según Francisco, "ya desde la primera ola de la inteligencia artificial, la de los medios sociales, hemos comprendido su ambivalencia, dándonos cuenta tanto de sus potencialidades como de sus riesgos y patologías".
En ese contexto, sostuvo que es necesario actuar preventivamente "proponiendo modelos de regulación ética para frenar las implicaciones nocivas y discriminatorias, socialmente injustas, de los sistemas de inteligencia artificial y contrarrestar su uso en la reducción del pluralismo, la polarización de la opinión pública o la construcción de un pensamiento único".
También, destacó que la IA puede contribuir positivamente si "aumenta la profesionalidad de la comunicación, responsabilizando a cada comunicador y si devuelve a cada ser humano el papel de sujeto, con capacidad crítica, respecto de la misma comunicación".