Una joven rosarina hizo pública este jueves una denuncia de violación grupal de la que dijo haber sido víctima. El hecho tuvo lugar el año pasado, en el marco de un viaje, pero Victoria reconoce que se animó a hablar luego del resonante caso en el barrio porteño de Palermo.
“Estoy en la búsqueda de visibilizar una violación que sufrí en una convención de Narcóticos Anónimos (NA), por parte de tres miembros de la confraternidad. Me animé a hablar y pedir ayuda, incluso psicológica, después de ver lo de Palermo”, relató en relación al ataque de seis hombres contra una chica.
La mujer de 34 años detalló en El Tres que “había viajado en noviembre a Carlos Paz, a una convención de Narcóticos Anónimos, tres días y dos noches, donde se comparten talleres y paneles”. Y que de hecho uno de sus abusadores “fue panelista” en esas jornadas.
“Fui porque no me estaba identificando con el mensaje de la confraternidad –contó–; no sentía que el consumo fuera un problema en mi vida, entonces fui a escuchar otras experiencias, en busca de un mensaje de fe y esperanza y me traje razones para no querer ir más”.
Victoria confesó además que en su propia cabeza se había armado un mecanismo de defensa, acaso inconsciente, de que lo que sucedió no había sido abuso por parte de los hombres pero luego de hablar con mucha gente, señaló, descartó cualquier culpa de su parte.
“Les empecé a mandar mensajes a mis amigas sobre que había tenido una experiencia sexual, una fiesta, pero decía que era algo horrible, que estaba sobrevalorado. Era mucho mejor creer que había tenido una experiencia de esas características que aceptar que habían abusado de mí”, dijo.
“Estuve revisando (el tema) varios meses –añadió la mujer– y decía 'no, bueno, fue mi culpa... además dos de ellos tienen parejas... y era caer en este discurso y mandato de que la culpable había sido yo, pensando si tenía un short, si me saqué el corpiño, o quién me manda a meterme en una pieza con cuatro tipos. Pero mis amigas de confianza y compañeras de NA me ayudaron a ver que no tenía ninguna responsabilidad".
Y cerró: “Si hay una esperanza para estar mejor es pedir ayuda”.