Un grupo de vecinos cortó el martes por la tarde Presidente Perón frente al Centro de Distrito Oeste. A la noche, Circunvalación se transformó en un caos por otra protesta con el mismo reclamo. La escena mostró varios kilómetros de vehículos varados –hasta que finalizó cerca de las 22– y un clima de suma tensión. Si bien la extensión de la protesta volvía casi inevitable la reacción, la impaciencia es una característica intrínseca a la conducción, más allá de las circunstancias.
Psicóloga de la Agencia de Seguridad Vial y especialista en tránsito, Lucía Ferrando, analizó sobre este tipo de situaciones muy comunes en la ciudad. “A nadie le agrada esperar pero hay que recordar que hay que tener una conducta vial segura, uno puede entender la impaciencia que despierta pero más graves son las conductas de este tipo que se evidencian por cuestiones simples en el tránsito, es decir, por tener que frenar un peatón o ante un simple semáforo”, advirtió en diálogo con Dos Horas Pico en Radio 2.
Para la especialista, “la conducción se volvió más salvaje, muchas veces hay trastornos de conductas, son personas que no tienen control sobre el impulso pero lo cierto es que muchas veces estas conductas son aprendidas y eso es súper grave”.
Luego, ahondó al respecto: “Aprendemos que la conducta paciente en tránsito está mal vista, si una persona frena para que el peatón pase le tocan bocina, las conductas de amabilidad están mal vistas, están vistas como de debilidad”, dijo y agregó: “Crecemos con esto, de que »nadie me frena»”
“Hay un lenguaje en el tránsito distinto al resto del mundo, hay una connotación negativa de la espera”, continuó y remarcó: “El 90 por ciento de los siniestros viales están relacionados al comportamiento humano, a la impaciencia y el descontrol”.
Consultada sobre cómo modificar estas consideraciones que se ponen en juego al volante, indicó: “Lo que podemos hacer es ponernos a pensar qué buena conducta aprendimos y asumirla, ponerla en práctica ahora mismo cuando salgo a la calle”.