En el transcurso de esta semana, se presentó en la Legislatura santafesina un proyecto de ley que impulsa la formación en finanzas a los alumnos de los colegios secundarios y terciarios de la provincia, en sintonía con una ley nacional (la 27.440) que también promueve la educación financiera en las escuelas de nuestro país y que aún no se ha implementado. La intención es que los alumnos santafesinos puedan adquirir conocimientos que vayan más allá de los que aprenden en la materia Economía y que les permitan tomar decisiones inteligentes con sus finanzas en el futuro.

Para la educadora, psicopedagoga y escritora Gabriela Totaro la intención es buena pero se queda corta: para ella, la instrucción en ese campo debe comenzar antes, en la escuela primaria. Y no se queda sólo en declamaciones: a la par de la publicación de su libro Silver, una historia adaptada al universo de las finanzas del clásico Aladino posicionado entre los best seller de Amazon, está redactando un proyecto para bajar a los primeros niveles el inicio de la formación financiera en las aulas nacionales.

Los argentinos estamos, en educación financiera, como en la etapa mágica de la psicología evolutiva: todavía creemos que nos ponemos una capa y volamos. En ese sentido, Argentina es como un niño de entre 8 y 12 años. Así que imagínate cómo uno puede saber qué hacer con el dinero, cuando encima el contexto tampoco ayuda”, dijo en el programa Punto Medio, de Radio 2.

Creencias en discusión

Totaro recordó que “hace dos años, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires hizo una prueba piloto con chicos de quinto año, pero es una edad que para mí ya es muy tarde. Esa formación debería comenzar en la primaria y la idea es que esté en la currícula. En Estados Unidos, por ejemplo, en los colegios de elite los chicos a partir de los 8 años ya saben lo que significa el mercado de capitales o invertir en bolsa. O en Israel, los chicos de 11 años ya saben hablar de negociación”.

“Vos fijate cuánto nos cuesta a nosotros, los adultos, hablar de negociación: nos cuesta ponerle valor a nuestras horas de trabajo, ir a negociar. Y tampoco sabemos trabajar nuestra plata, no sabemos qué hacer. La gastamos toda: fíjate que en los medios o en las redes todas las propagandas están orientadas al consumo, pero ninguna te dice ‘educate financieramente, invertí para tu retiro, ¿de qué vas a vivir cuando dejes de producir plata?’”.

Gabriela Totaro exponiendo en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.


Totaro apuntó contra las convenciones y las creencias de acumulación y "transformación en ladrillo" de nuestros ahorros, un pensamiento arraigado durante muchos años que según ella va en contra de las condiciones actuales del país: “El pensamiento más extendido es ‘Yo me compro una casa, me compro un auto, tengo el perro, tengo la familia feliz’, pero a eso yo me permito ponerlo en un plano de discusión”, manifestó.

“En términos financieros, yo debería decirte que hoy es más negocio hacerte un activo financiero que pague el pasivo de donde vos quieras vivir que comprar la casa propia. Lo que pasa es que traemos esa mirada en nuestra forma cultural, en la transmisión que nos hicieron nuestros abuelos de la importancia de tener el techo propio, y lo seguimos repitiendo ahora que vivimos en un país sin crédito. ¿Cuánto esfuerzo tenés que hacer para juntar los dólares y comprarte la casa propia hoy? Entonces, ya no es negocio”, razonó.

Argentina, un país difícil

La psicopedagoga admitió que los vaivenes de nuestro país en materia económica-financiera hacen muy complejo tomar las decisiones correctas: “Tenemos una moneda que se devalúa, una inflación muy alta, cambian todo el tiempo las políticas, hay 52% de pobreza, hay un montón de gente que trabaja en negro. Es muy muy complejo hacer o vivir en este contexto cultural y social y eso, sumado a la desinformación y la falta de educación, nos transforma en un combo explosivo. Y creemos que poniendo uno, vamos a ganar un millón: nadie te explica que las finanzas no son magia”.

“No existe la magia. Hoy cualquiera en redes te dice cualquier cosa, te hacen creer que mientras vos estás trabajando, ellos ganan millones invirtiendo y tirándose a la pileta. Te hacen sentir que vos te la pasas trabajando para darles de comer a tus hijos o pagar tus impuestos y tus gastos y ellos son unos fenómenos, y no es así en las finanzas. Hay que tener disciplina, paciencia, tiempo, diversificación con personas idóneas... y no seguir a influencers”, agregó.

Para Totaro, “la economía y las finanzas no pertenecen a las ciencias exactas, sino que las emociones juegan un papel preponderante a la hora de la toma de decisiones en ese campo. Es lo que se denomina ‘economía del comportamiento’. Y como psicopedagoga, te puedo decir que uno va aprendiendo desde muy chiquitito la relación con el dinero, mirando lo que hacen nuestros padres, la cultura del país y la de tu familia, por eso es clave enseñárselo desde chicos”.

Sobre el libro “Silver”

Su libro Silver, uno de los más vendidos en Amazon, aspira a iniciar de manera temprana la relación de los niños con el dinero, que suelen ver a sus padres manejar los números de la familia sin entender de qué se trata.“Es el clásico Aladino y la lámpara maravillosa, pero adaptado: en Silver, el genio es un genio financiero”, cuenta la escritora. “Está pensado para que los chicos de 6 a 8 años lo lean junto a un adulto, por lo que el adulto también aprenderá sobre términos financieros. Y para que los chicos de entre 8 y 12 años lo lean ellos solos”.

Al final, la obra trae una guía práctica para armar un presupuesto familiar: "La idea es practicar en casa lo que se lee en el libro, porque a la práctica hay que pasarla por el cuerpo: si uno no lleva todo ese conocimiento a la realidad, no sirve de nada. Si yo no empiezo a ahorrar, si yo no empiezo de a poquito a invertir a mi ritmo, si no investigo qué es una cuenta comitente en el mercado capital, si no me armo mi fondo, no tiene sentido”, añadió.

Y cerró con una sugerencia: “Yo hoy los invito a que se formen, a que tomen cursos, a que ahorren e inviertan, a que piensen cómo quieren vivir cuando dejen de ser productivos laboralmente, cómo van a armar su etapa pasiva mientras están activos. Algo que aún en las escuelas no está porque no todos quieren que sepamos qué hacer con nuestra plata”.