Un centro de odontología infantil de Quito, Ecuador, sumó a un miembro especial al equipo de profesionales que se está ganando el corazón de los niños y sus familias. Se trata de Aldo, un perro terapéutico de ocho años, que está entrenado especialmente para este fin, se convirtió en el compañero perfecto para aquellos pequeños que sienten ansiedad o miedo ante una visita al dentista.
Aldo acompaña a los niños durante todo el proceso, desde la llegada hasta el final de la consulta. Su presencia, según los testimonios, tiene un efecto casi inmediato, permitiendo que los pacientes se sientan más cómodos y seguros.
Los dentistas de la clínica aseguran que la presencia del labrador, el "dogtor", apodado así, redujo significativamente la ansiedad y el estrés en los niños, facilitando así el trabajo de los profesionales.
"La idea surgió de la necesidad de crear un ambiente más relajado y amigable para nuestros pacientes más pequeños", comentaron los odontólogos en sus redes sociales. "Los perros tienen un efecto calmante en las personas, y Aldo, con su entrenamiento especializado, es el compañero perfecto para nuestros niños".