Cuando el embarazo es deseado, muchas ilusiones se ponen en juego, sin embargo, sucede que mundialmente, cada 16 segundos una gestación se detiene y de un momento para otro, sin previo aviso, llega la noticia que nadie quiere escuchar: "el bebé no tiene latidos", "hay que interrumpir el embarazo", o simplemente, "se detuvo". Por ese motivo, cada 15 de octubre, se conmemora el día internacional de las muertes perinatales para recordar a quienes “se fueron demasiado pronto”. En Rosario habrá suelta de globos y los Monumentos se iluminarán.

Según la Organización Mundial de la Salud, el período perinatal se inicia en la semana 22 de gestación cuando el peso del feto es normalmente de 500 gramos y termina cuando se completan siete días después del nacimiento.

En Argentina, ocurren casi 5 mil muertes perinatales al año y dos millones de bebés nacen muertos en todo el mundo. La pérdida de un ser querido puede ser devastadora, aún más cuando se trata de un hijo por nacer y es por eso la importancia de una atención integral y respetada para la familia.

Fue Johanna Piferrer la impulsora del proyecto de Ley 27.733 de Procedimientos de Atención en La Salud frente a La Muerte Perinatal. La convocó el dolor, la angustia y la violencia que sufrió en octubre del 2014 cuando con 33 semanas de gestación, fue al hospital a realizarse un control y durante la ecografía, los latidos de Ciro no se escucharon. De inmediato quisieron inducirla a un parto natural y la dejaron nueves horas con su bebé sin vida en el vientre.

En medio de la tristeza desgarradora, Piferrer juntó fuerzas y realizó la denuncia de lo ocurrido en Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. Después de muchas vueltas burocráticas, tuvo lugar una resolución de once hojas dictada por el Defensor del Pueblo de la Nación sobre la violencia obstétrica frente a la muerte perinatal.

En 2023, el proyecto conocido como Ley Johanna se convirtió en Ley. Hasta entonces, las embarazadas se enteraban de la pérdida por cualquier profesional de la salud y luego quedaban solas en las habitaciones hasta el momento del parto, sin opciones al respecto. Luego de traer al mundo un bebé sin vida, las mujeres y personas gestantes eran internadas en el área de maternidad con los recién nacidos en las camas de al lado. Tampoco eran informadas sobre qué hacer con sus cuerpos que seguían el proceso natural de un embarazo: leche en las mamas, dolores de parto, emociones diversas.

La crueldad y falta de empatía era que tal que ponían “a tu hijo en una caja de archivo, bolsa, caja de leche o frasco. Para ley, ese bebé deseado que murió antes de nacer era un NN y si no se retiraba con servicio de cochería, se desechaba y después del alta, te dejaban sin seguimiento médico”, explicaron en sus redes sociales desde el colectivo Ley Johanna.

Pero además, según la clínica, sanatorio u hospital, tampoco se permitía el contacto entre los padres y el bebé fallecido. Es decir, que se retiraban del lugar sin verlo. Se aferraban a grupos de ayuda, organizaciones sin fines de lucro compuestas por otros que trasitaban el mismo abandono y la misma ausencia, cosntruían redes para sobrevivir. Como Luz del cielo, la ONG de Rosario que sigue brindando un espacio de contención ante la pérdida y que este martes hará la tradicional suelta de globos en el Monumento Nacional a la Bandera. 

Finalmente, y tras un largo y doloroso camino, desde hace un año, las mujeres en Argentina tienen derecho a recibir información sobre lactancia, métodos de inhibición y/o donación; a recibir tratamientos médicos y psicológicos post internación a fin de reducir la prevalencia de trastornos derivados de duelos crónicos y a su debido seguimiento, contemplando el abordaje desde la especificidad de la salud mental perinatal. También tienen el derecho de tomar contacto con el cuerpo sin vida de su hijo y la opción de hacerlo acompañadas por psicólogos.

Desde entonces, la familia puede decidir el destino final del cuerpo sin vida del bebé siempre que no haya oposición formal, válida y legal. Y el acta de defunción lleva nombre y apellido en lugar de NN.

Además, los profesionales de la salud que intervengan en el momento del parto deben tener conocimientos sobre los procedimientos de actuación estandarizados que faciliten la atención sanitaria de aquellas personas gestantes y familias que sufren una muerte perinatal y promueve diversas estrategias para que la persona gestante, pareja y/o familia puedan atravesar y aceptar la pérdida en un ambiente de contención y cuidado.

Robyn Bear, fundadora de Remembering Our Babies en 2003 señaló que creó este día para "reflexionar sobre la pérdida y abrazar el amor. Si bien las vidas de esos bebés han sido breves, también fueron muy significativas. Sin embargo, no hubo un momento para hablar de ellos. Nuestra sociedad parecía olvidar o tal vez, simplemente no sabía cómo llegar”.