Tomar mate es un ritual extendido en el territorio argentino. Con variantes por región y ligadas al paladar de cada persona, la infusión es una bebida nacional. Tanto es así que, en 2022, se consumieron en el país más 275 millones de kilos de yerba mate y, según estudios encargados por el Instituto Nacional de Yerba Mate (INYM), este producto está presente en más de 90 por ciento de los hogares.
La arraigada costumbre tiene su fecha en el calendario nacional que celebra cada 30 de noviembre el Día Nacional del Mate.
Por qué se celebra
La fecha se celebra desde 2014, a instancias de una ley sancionada por el Congreso de la Nación sancionada con el fin de promover “el reconocimiento permanente de las costumbres argentinas”.
Conmemora el nacimiento del caudillo Andrés Guacurarí y Artigas, más conocido como "Andresito", quien nació el 30 de noviembre de 1.778 en la localidad correntina de Santo Tomé y gobernó la denominada Provincia Grande de las Misiones.
Los orígenes
Los orígenes del mate se remontan a la cultura de la etnia guaraní, que utilizaba las hojas de la planta de yerba mate (Ilex paraguariensis) como bebida, y eran objeto de culto y ritual, y moneda de cambio en sus trueques con otros pueblos prehispánicos como los incas, los charrúas y aun los araucanos a través de los pampas.
Caá en lengua guaraní significa "yerba", pero también significa planta y selva. Para este pueblo, el árbol de la yerba es "un regalo de los dioses" y tomar la savia de sus hojas representaba beber la selva misma.
Los conquistadores aprendieron de los guaraníes el uso y las virtudes de la yerba mate e hicieron que su consumo se difundiera a todo el Virreinato del Río de la Plata.
Más tarde, religiosos jesuitas introdujeron el cultivo en las reducciones distribuidas en el norte de la Argentina y sur de Paraguay y sudoeste brasileño, y fueron los responsables de que la yerba mate fuera conocida en el mundo civilizado como el "té de los jesuitas".
Recién en 1903 en Santa Ana (provincia de Misiones) se realiza la primera plantación de yerba mate para reemplazar el consumo de plantas silvestres que crecían en la selva, que desaparecieron por la sobreexplotación del recurso.
Los beneficios
"Tomar mate implica mucho más que beber una infusión: es un gesto de amistad, de cordialidad; un sinónimo de encuentro que trasciende edades y estratos sociales", destacan desde el INYM.
"Gracias a sus reconocidas propiedades antioxidantes y energizantes, tomar mate también implica incorporar al cuerpo una serie de beneficios para la salud", subrayan desde el organismo público-privado.
Además, su consumo —bajo la forma de mate tradicional– aporta al organismo polifenoles que actúan como antioxidantes que ayudan a aumentar las defensas y a disminuir el envejecimiento celular.
También provee de vitaminas del complejo B, potasio, magnesio y xantinas (cafeína, teobromina) que estimulan el sistema nervioso central.
La producción
La producción de yerba mate comprende 209.000 hectáreas cultivadas, de las cuales el 86,9 por ciento se encuentran en la provincia de Misiones y 13,1 por ciento en la región nordeste de Corrientes.
Antes de llegar a los hogares, la materia prima transita un proceso de producción y elaboración que involucra a unos 13.000 productores, 15.000 cosecheros, 197 secaderos, y 102 molinos y molinos fraccionadores.