El abogado y escritor Marcelo Scalona envió a Rosario 3 un comunicado público como derecho a réplica por una nota publicada el 1º de noviembre, a partir de la polémica que generó la posibilidad de que fuera designado al frente de la Biblioteca Argentina.

El derecho a réplica, explicó Scalona, alude específicamente a un tema particular de la nota: el de su participación en torno a la recuperación de la Biblioteca Vigil.

El siguiente es el texto completo del comunicado:

“Con motivo de las nuevas injurias de la Biblioteca Vigil en un comunicado reciente hablando de una supuesta demanda millonaria de mi parte a la entidad, hago saber:

1- Que el 21 de noviembre pasado intimé por caarta documento al presidente de la Vigil, Sergio Gorosito, para que cesara de injuriarme en toda clase de medios periodísticos, radiales, gráficos o redes digitales, hablando de una supuesta demanda o juicio millonario que yo le habría iniciado a la entidad, a lo que me contestaron por CD con una retractación expresa y pedido de disculpas:

2- Aadmiten y reconocen que no existe ningún juicio o demanda millonaria ni de ninguna clase del suscripto respecto a la Biblioteca Vigil sino que se trató de una confusión con mi pedido de regulación de honorarios. Confundir demanda con pedido de regulación de honorarios (4 años de confusión y difamación), solo se entiende como un acto de mala fe, ya que cualquiera sabe la diferencia o se la puede consultar a un estudiante de primer año de Derecho. No existe demanda o juicio, ni siquiera un reclamo privado o extrajudicial. Nunca reclamé nada por ninguna vía a la Biblioteca Vigil. Renuncié en junio de 2014 por carta documento al poder general que se me había otorgado (yo era apoderado legal general de la entidad), sin pedir ni siquiera los gastos de una labor de 12 años en 31 expedientes. Tengo la carta, obvio.

3- En su respuesta, además, la Vigil admite la existencia de un acta de donación de honorarios (regalo, obsequio, sin cargo alguno), en el acta de comisión directiva N° 68 del 20/12/2013, (diciembre de 2013, seis años atrás), donde se aprobara, además, por todos los miembros de CD y los abogados, apoderados, el primer contrato de restitución de todos los bienes de la provincia de Santa Fe a la Biblioteca Vigil, inmuebles y muebles, con más la suma de $ 10.100.000,00.- (diez millones cien mil pesos, el 11 de diciembre de 2013, hace seis años), dinero que exclusiva e íntegramente percibió la entidad, rubricado tanto el contrato como el pago, por decreto del P.E. (Gobernador Bonfatti). Ese libro además (documento histórico de la ciudad), contiene las primeras cien actas de CD de la Vigil Recuperada y fue rubricado por mí (como todos los actos jurídicos de La Vigil por doce años) en Fiscalía de Estado con la firma del último interventor del Inaes, Carlos Merli, y una socia testigo, Gini Muro. Toda la negociación se hizo con las ministras Balagué o Chiqui González a través de sus delegados Daiana Gallo Ambrosis y Sergio Liberati, respectivamente. Es toda documentación que está en la entidad (yo les entregué dos cajas de papel obra antes de irme con todos los documentos, actas, contratos, rúbricas, informes, constataciones, dictámenes, decretos, incluso los mails en que consensuamos el texto de la ley de restitución con el diputado Luis Rubeo, etc.), y también en mi poder, claro.

4- Reitero que en mi caso, ingresé en 2004 a La Vigil como abogado, a pedido de Tomás Pedrido, fundador de la entidad, dirigente histórico que vino a buscarme a mi estudio para hacerme cargo de todos los temas legales de Vigil, y así trabajé doce años, sin percibir ni siquiera los gastos de mi labor. Por supuesto que después milité la causa, ¿quién no?. Pero no fui un militante de la asamblea que siendo abogado firmó algunos papeles. No. Yo ingresé como abogado (reitero, apoderado general), y me retiré así cuando la entidad ya estaba plenamente rehabilitada y normalizada en junio de 2014.

La Vigil nunca me pagó ni siquiera los gastos de mi labor, imposible describirlos o enumerarlos. Es cierto que no había dinero y era todo a pulmón. Pero cuando hubo dinero, tampoco. 12 años, 31 expedientes, nacionales, provinciales, municipales. Y sin embargo jamás le reclamé nada. Ni judicial ni extrajudicialmente. Nunca. Tampoco participé en la vida política de la entidad, yo no integré ninguna comisión directiva, nunca tuve ningún cargo, ni integré lista interna alguna. Jamás tuve aspiración política en Vigil. Solo me desempeñé como abogado, y solo colaboré al final con algunas labores culturales: traje a Horacio González a la reinauguración del teatro, hice un ciclo de conferencias con Roberto Retamoso sobre los libros de Vigil y alcancé a armar un taller literario y arrimé a varios jóvenes que hoy dirigen la Vigil (los llevé yo), Gabriel Caciorgna, Caro Musa, María Paula Cerdán, el CPN Hugo Ramírez, toda gente proba, que supongo, lo recordarán.

5- Trabajé en 31 juicios, algunos muy graves y serios, como las querellas penales al interventor de la dictadura militar, Dr. Emilio Echen (1978-2004), que ocupó la intervención de Vigil los 26 años en que fue saqueada. Luego, al ex intendente de Villa Gobernador Gálvéz, Pedro González, en 2004, cuando era alguien muy poderoso, por la apropiación fraudulenta de los terrenos del camping de Vigil en esa localidad. 33 has. con 9 has de frente al río pegadas a Rosario. Asimismo, patrociné 8 querellas de lesa humanidad en la Causa Feced - III-3- (Juez Dr. Marcelo Bailaque, Fiscales Gonzalo Stara y Adolfo Villate) de los Tribunales Federales de Rosario, siete, por el secuestro de los directivos, y una de ellas, la de Genocidio Cultural, es la única en la historia judicial de la provincia (Desaparición de una entidad), tiene 100 páginas y está inscripta en la Dirección Nacional de Derechos de Autor.

6- Haber conseguido la Normalización de una entidad que la justicia ya había liquidado en 2003 (Juzgado de Primera Instancia Distrito 14° Nominación de Rosario, Dr. Marcelo Quaglia) y extinguida su personería, fue un hecho también inédito, único caso hasta hoy en la justicia de Santa fe, y uno de los cinco que se conocen en la historia judicial argentina. Con gran orgullo digo que es el mejor trabajo profesional que hice en mi carrera, y por el mismo, la Biblioteca Vigil no solo no me pagó un centavo de honorarios y gastos, sino que jamás tuvieron la humanidad de hacer un acto de gratitud, de reconocimiento, y en cambio, eligen el camino de la difamación.

7- Sí es cierto, que con el Dr. Marcelo Abaca (su tío fue el primer bibliotecario de la Vigil), con quien trabajamos juntos este caso (no fuimos, ni somos socios en ningún otro caso), terminada nuestra labor, y renunciados al poder, pedimos, en el juicio, la regulación de nuestros honorarios, por dos razones muy claras:

a) Para saber cuánto le habíamos regalado a la Biblioteca Vigil, y tener así alguna referencia objetiva del valor de nuestra tarea, ya que dicha entidad se portó con notable destrato e ingratitud hacia nosotros. Claramente, se puede advertir, que sin nuestro trabajo profesional y específico, más allá del valor de la militancia y de la asamblea de socios, que seguramente fueron lo más importante, jamás se hubiera recuperado la entidad.-

b) Para tratar de cobrar parte de los honorarios al Inaes (Instituto de Mutuales Nacional), que es, además, quien pagó siempre y todos los honorarios de este proceso, porque fue, justamente, (el Estado), quien lo causó con la intervención original (25-02-1977). Y así lo pedimos, expresamente al juez, sin reclamarlo nunca a la Biblioteca Vigil.- Ahora, si el cuestionamiento es que no corresponde cobrar por mi trabajo, no solo no estoy de acuerdo, sino que sería una tremenda contradicción. Como ha sido y resultado, en definitiva y lamentablemente.

8- Agradezco su atención, y como dije un mes atrás, la mentira es un enunciado, en cambio la verdad es más complicada pues exige una explicación. Era ésta.