El abusador era un amigo de la familia. Sofía se crió con los hijos de él, pero esto no fue motivo para que él se detenga. "Lo hizo con sus hijos presentes, en la misma habitación mientras ellos jugaban en la computadora. Nos hacía hacer fila, me tocaba la cola, me besaba el cuello".
Además de remisero y taxista, este señor era electricista. En la casa de Sofía la electricidad siempre fue un problema, se quedaban sin luz bastante seguido por lo tanto acudían a él para solucionarlo: "Me masturbaba mientras yo dormía, metía su mano en mi pantalón", recuerda la joven con la voz quebrada.
Al recibir el llamado de una fiscal contando los absurdos motivos por los cuales su denuncia será dada de baja, Sofía decidió descargar su angustia en redes sociales porque asegura que después de 20 años se pudo dar cuenta que "había un patrón, un plan para aprovecharse" de menores y estaba segura que había más personas víctima del mismo abusador.
Y no se equivocó. Pasaron dos horas de la publicación y muchas otras mujeres se contactaron con ella para contarles que habían vivido lo mismo. Un dato más: todas eran menores de edad cuando los abusos ocurrieron y todas identificaron al mismo abusador.