Los cortes de luz representan un problema para muchos vecinos que, al dejar de contar con el servicio durante períodos de tiempo que en ocasiones se extienden varios días, deben enfrentar complicaciones como la falta de agua o deshacerse de alimentos que se echan a perder. Esto sin mencionar el riesgo de que distitnos electrodomésticos se vean afectados por los apagones.

Esto último representa uno de los mayores problemas que pueden generar los cortes de luz, ya que reemplazar equipos como heladeras o lavarropas supone un costo difícil de afrontar para muchas personas. Para evitar esto, existen algunas recomendaciones que pueden hacer la diferencia.

Las variaciones de voltaje que se registran cuando hay cortes de luz pueden dañar los dispositivos electrónicos, que se ven afectados por las sobretensiones en los circuitos que se dan cuando regresa la energía eléctrica.

Teniendo en cuenta esto, un primer consejo es desconectar todos los aparatos para evitar daños posibles al momento de reposición del servicio. Al reiniciarse de manera inmediata, un electrodoméstico puede utilizar casi el doble de la cantidad de electricidad que consume normalmente, por lo que lo mejor es no tenerlos enchufados mientras se está sin luz.

Por otro lado, una vez que vuelva la electricidad lo ideal es esperar unos minutos hasta que se reponga el flujo estable de corriente antes de reconectarlos.

Usar zapatillas es más conveniente que conectar varios enchufes en una misma toma.

También es una buena medida utilizar protectores contra sobretensiones, que pueden instalarse como dispositivos sencillos enchufables o, mediante el trabajo de un especialista, junto al medidor. Lo mismo corre para los reguladores de voltaje, que ayudan a estabilizar las variaciones y proteger los dispositivos ante las sobretensiones.

En cuanto a las sobrecargas en las líneas eléctricas, no se recomienda conectar múltiples dispositivos en un mismo enchufe, algo que genera sobrecalentamiento en los cables y puede provocar cortocircuitos.

Por último, lo ideal es llevar a cabo mantenimientos preventivos tanto en los aparatos, fundamentalmente aquellos más costosos, como en la red eléctrica doméstica. Además, se puede invertir en un seguro para electrodomésticos.