El martes a las 14.30 llegó el mensaje de Fabiana Morón, la mamá de Julieta Del Pino que la noche del 25 de julio del 2020 salió de trabajar con la intención de llegar a su casa rápido, comer y acostarse pero Cristian Romero tenía otros planes para ella: matarla y enterrarla en el patio de su casa. 

El audio decía: “El jueves van a condenar a Romero. Será a las 10.30 en Melincué. Quería que se enteren por mí”. La voz de la mujer, que en el peor momento juntó sus pedazos y se reinventó para exigir justicia, sonaba tranquila porque en el fondo sabía que las pruebas hablarían y la condena sería perpetua. 

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Es jueves 23 de junio. La temperatura de las primeras horas del día marcaba -2º, ya pasaron casi dos años del último invierno que sintió Julieta Del Pino. Los primeros en llegar a los Tribunales de Melincué fueron Fabiana y Adrián, sus papás. Sobre la ropa llevan pecheras blancas sublimadas con el rostro de su hija y la fecha del sábado fatal: 25/07/2020. 

El sol comienza a calentar la esquina del pueblo, las cotorras se alborotan en los árboles, y ellos cuelgan pancartas en los rincones de la sede de Justicia. Los ojos morochos de Julieta resaltan e interpelan a las distintas personas que llegan para escuchar junto a la familia el veredicto. ¿Qué pasará con Cristian Romero? 

El ingreso a Tribunales.

En internet circula la imagen de la adolescente de Berabevú que vendía tortas los fines de semana, trabajaba en un kiosco y le encantaba escuchar cumbia fuerte mientras limpiaba o tomaba mates en su casa. De punta a punta del país escriben mensajes de cariño y apoyo para su familia. Muchos están en sus actividades diarias con el corazón en Melincué y Fabiana lo percibe. 

Una hora más tarde, entre lágrimas y sonrisas es ella quien le confirma a Rosario3 que la resolución finalmente era lo que todos esperaban: cadena perpetua caratulada doble, homicidio agravado por el vínculo y femicidio. “Lo logramos”, dijo entre abrazos y lágrimas. 

No me miró, le busqué la mirada. Lo miré fijamente mucho tiempo pero no, no levantó la cara. Fue fuerte verlo porque en sus manos está la vida de mi hija”, contó conmovida mientras se frotaba sus dedos, señal de nervios, ansiedad y frío. Es la primera vez que se encuentran presencialmente con el responsable de tanto dolor. 

Respecto de la sentencia agregó: “La prisión perpetua es un mimo, un alivio pero Juli no va a volver, no va a venir por la esquina”, y la voz se entrecorta pero fiel a su fortaleza continúo: “Es darle un cierre, es por lo que tanto luché”. Y repitió tres palabras que dieron lugar a un profundo silencio: “No me miró”. 

Los papás de Julieta Del Pino comunicando la cadena perpetua a Romero.

Fabiana confiesa que la fuerza y entereza que hay en ella devienen de su hija. Que la sigue sintiendo cerca y que de alguna manera imposible de explicar con palabras fue ella quien la empujó durante estos 23 meses a exigir incansablemente justicia no solo por el caso Del Pino sino por todas las demás víctimas de femicidios porque Fabi pertenece al grupo “Atravesados por el femicidio”. 

Ya les avisé el resultado, están todos festejando como si fuera un Mundial. Hoy tenemos tres sentencias en el grupo que ojalá todas sean perpetuas”, agregó. Con respecto a lo que vendrá, lejos de abandonar el compromiso, Fabiana lo reafirmó: “Ahora a seguir luchando por los demás, sé que Juli estaría orgullosa de esto”. Nada quita la angustia de llegar a casa y que su hija no esté; sin embargo, el sentirse acompañada y el acompañar la reconfortan. 

“Que pasen los invitados y la prensa”, dijo un oficial. Dentro de los Tribunales esperaba una larga mesa encabezada por la fiscal Susana Pepino a quien la familia Del Pino le agradeció públicamente por su accionar. A su derecha, compañeras de trabajo. A su izquierda los papás de Juli y detrás de ellos bomberos, policías, brigadistas y demás personas que hicieron posible que el cuerpo de la joven -golpeado y enterrado- se encuentre en menos de 10 horas. 

El nudo que presionaba en las gargantas de los presentes, se desarmó dando lugar a las lágrimas. A Julieta Del Pino no se la olvida más y fue gracias a sus padres que abrieron las puertas de sus casas para mostrarle al mundo quién era su hija, qué sueños tenía y cómo fue su final. Fueron esos dos padres que hoy se abrazan sonriendo quienes sembraron el compromiso de memoria colectiva.

Los rostros del equipo de trabajo de la doctora Pepino hablan por sí solos: la angustia que deviene de hallar un cuerpo sin vida pelea con la fortuna de haberlo encontrado teniendo en cuenta los casos como el de Paula Perassi, que aún 10 años después no se sabe qué hicieron con ella. Los recuerdos y el cansancio se reflejan en los ojos vidriosos del escuadrón que acompañó la fiscal desde los inicios de la búsqueda de Juli.

Conferencia de prensa tras la sentencia. (Foto: El Correo)

Hay sentimientos encontrados. Desde la Justicia pudimos dar una respuesta a la familia de Julieta Del Pino y reivindicar que se actúa de la mejor forma posible a nivel justicia. Nuestra investigación fue muy sólida por eso he decidido que estén conmigo mis compañeras de trabajo y parte del personal que trabajó en la causa”, comenzó diciendo Pepino y agregó que “un fiscal nunca actúa solo, siempre se trabaja en equipo y por eso les estoy eternamente agradecida”.

Luego de los detalles de la investigación, Pepino apuntó a reivindicar la Justicia. “Como alguien dijo en una canción que le dedicaron a Juli en los comienzos de la investigación, dijeron `Florecerás en cumbias’ y hoy junto a este equipo de trabajo les digo que Juli reflorece en justicia”. 

Parte del equipo de trabajo que acompañó a la fiscal Pepino.

La fiscal destacó la labor de la Brigada canina, las cámaras de seguridad y el accionar inmediato de las distintas fuerzas. Además contó que Romero asume la responsabilidad de homicidio pero en ningún momento declara haciendo uso de un derecho constitucional que le permite guardar silencio. “Él en ningún momento hizo una declaración”, apuntó Pepino y Fabiana gesticuló con todo su rostro. Es por esa ausencia de palabras de Romero que aún hoy no se sabe qué hizo con la mochila y la bicicleta en la que circulaba Julieta cuando la interceptó. 

La condena de este jueves es el resultado de una investigación con perspectiva de género. “Perpetua es perpetua. De acá a 35 años si una ley se beneficia volveremos a hablar pero al día de hoy Romero no tiene posibilidad de libertad condicional”, sentenció.

En relación a lo que significó a nivel personal el veredicto de la causa, la fiscal comentó que hacía sólo seis meses que trabajaba en el Ministerio Público de la Acusación cuándo ocurrió el femicidio de Julieta. “Fue un crecimiento para el equipo de trabajo y sobre todo un compromiso de responsabilidad como funcionaria para las futuras investigaciones y en dar respuestas a la comunidad”. 

Fabiana tiene razón. A Julieta y las demás mujeres que murieron en manos de la violencia machista no las devuelve nadie; sin embargo, en el medio de ese desasosiego, de esa angustia que cala los huesos, llega un poco de esperanza: una Justicia que busca reinventarse desde otra mirada, con otro compromiso, dispuesta a accionar. 

Las cámaras se fueron apagando de a poco. La fiscal se despide porque debe seguir trabajando en otra sentencia. Los vecinos continúan con sus cosas. Adrián y Fabiana descuelgan las pancartas, las doblan con cuidado y regresan a Berabevú, donde el reloj se detuvo aquel sábado 25 de julio del 2020. Hoy la mochila que cuelga detrás de ellos pesa un poco menos.