El bar ''Jazz Lounge En Counter'', ubicado en Tokio, Japón, reabrió sus puertas a fines de junio, tras haber bajado su persiana en abril, frente a la emergencia sanitaria decretada por la pandemia de coronavirus. Sin embargo, los clientes no volvían y se vieron obligados a buscar alternativas para minimizar los riesgos de contagio.
Fue así que decidieron instalar grandes pantallas de acrílico colgantes, similares a una pecera invertida, para ofrecer protección a los visitantes, sin limitar su capacidad de comer, beber un trago o escuchar música, las principales atracciones del lugar.
Según informó Reuters, la estrategia surgió para enfrentar el desplome de los ingresos, de entre el 70% y el 80% en comparación con los niveles anteriores a la pandemia. “Si no tomamos medidas firmes, no estaremos respondiendo a las solicitudes de los clientes. Y no nos visitarán, porque están preocupados”, aseguró en agosto el gerente del establecimiento, Katsutoshi Iwazaki.
Las pantallas elegidas, son una especie de vaso de acrílico transparente invertido, que cuelga del techo sujeto con una cadena. El cliente debe introducir su cabeza y hombros adentro, para que cumpla su función de barrera sanitaria entre ellos y otros clientes o el personal del bar.