El análisis sobre el uso de los barbijos contra el coronavirus se ha profundizado en los Estados Unidos tras el decreto de Joe Biden en el que estableció la obligatoriedad de llevar uno puesto en el transporte público.
En ese marco, la red estatal de Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) elaboró un informe sobre el uso del doble barbijo o la doble capa de protección.
El organismo resaltó la importancia de utilizar el barbijo bien ajustado para evitar mayores filtraciones y también destacó el rol de la mascarilla con doble capa de protección o, directamente, el uso de dos barbijos: uno descartable por debajo de los que se pueden fabricar en casa utilizando cualquier tipo de tela.
Los datos del informe demostraron que al utilizar una máscara de polipropileno (descartable) junto con una de tela, en un ambiente dónde todos alrededor están haciendo lo mismo, el riesgo de transmitir covid-19 es de un 5 %, es decir, que la protección será de un 95%.
Sin embargo, si entre dos personas un solo individuo utiliza la doble protección, el riesgo aumenta un 15% y la protección disminuye hasta un 80%.
Finalmente, si entre dos personas una no utiliza protección y la otra tiene una mascarilla quirúrgica de polipropileno únicamente, el riesgo de transmisión será del 60%.
Los investigadores también hallaron una forma de mejorar el rendimiento general de los barbijos para procedimientos médicos: consiste en doblar los bordes de la mascarilla hacia adentro y atar los cordones de las orejeras donde se unen con la tela de la máscara para reducir los espacios.
De hecho, de acuerdo el Informe semanal de Morbilidad y Mortalidad de los CDC, publicado el miércoles, una máscara médica anudada puede bloquear el 63% de los aerosoles que pueden contener coronavirus, una mejora significativa del 42% cuando no están anudadas.
Finalmente, el organismo no recomienda utilizar telas que dificulten la respiración, como el vinilo, que tengan válvulas de exhalación (ya que permiten que las partículas de virus escapen) o que sean del tipo KN95, porque estos deben ser destinados únicamente a trabajadores de la salud.
Tampoco alienta el uso de las máscaras de plástico por falta de investigaciones sobre su efectividad y recuerda que las bufandas, los pañuelos, las máscaras de ski o los pasamontañas no son sustitutos fiables del barbijo.