El inicio de la temporada de avistaje de ballenas en Puerto Pirámides fue suspendido debido a la "situación crítica" por coronavirus que atraviesa la localidad chubutense epicentro de esa atracción turística.
Así lo anunció el intendente local, Fabián Gandón, al señalar que la actividad "lamentablemente deberá ser postergada sin fecha, aunque esperemos que pueda iniciarse el mes próximo".
Puerto Pirámides, epicentro del avistaje de ballenas y única población ubicada a orillas del Golfo Nuevo sobre Península Valdés en el noreste de Chubut, sufre una "situación crítica" por la pandemia, alertó el funcionario municipal en diálogo con Télam.
"El principal recurso económico nuestro es el turismo, que está paralizado, pero no queda más remedio que esperar otros tiempos y ayudar para que la campaña de vacunación contra el coronavirus avance lo más rápido posible", sostuvo el intendente.
Por su parte, el ministro de Turismo y Áreas Protegidas del Chubut, Néstor García, reconoció que "no hay otra alternativa que postergar la apertura formal de la temporada, pero tenemos la esperanza de disfrutarla porque la fecha del acto es formal, las ballenas están y permanecerán por algunos meses". En efecto, las ballenas se muestran en interesante número en proximidades de las costas chubutenses desde mediados de abril, cuando se divisó el primer ejemplar.
El ministro García aclaró que "la decisión de apertura no depende de nosotros sino de la autoridad sanitaria porque así debe ser en este contexto de pandemia". Las ballenas francas australes (Eubalaena australis) arriban cada año a esa región costera para cumplir con un nuevo ciclo de reproducción: hembras que dan a luz a sus crías, hembras y machos adultos que llegan para aparearse, juveniles que socializan y otras hembras adultas que traen consigo a la cría para su destete.
Las ballenas no forman manadas sino que se desplazan en forma solitaria, pero se las puede ver en parejas de cópula o madre-cría y, como saltan con frecuencia, se transforman en un atractivo único. Además, dejan ver su enorme cola fuera del agua por largo rato, cuando no golpeando la superficie con las aletas, provocando "explosiones" de espuma de mar.
"Ver a las ballenas es una experiencia única e inolvidable y lo digo porque durante años estuve en el equipo de guardafaunas", destacó García.