La ciudad china de Wuhan comenzó a levantar las restricciones a las salidas de la ciudad que impuso el 23 de enero como parte de la cuarentena de casi 11 semanas por la crisis del coronavirus.
Cientos de vehículos comenzaron a cruzar los peajes que salen de la urbe, en los que se habían instalado controles policiales –ya retirados– que impedían a los residentes dejar Wuhan, según imágenes transmitidas en directo por la televisión estatal CGTN.
Algunos vehículos hacían ya cola desde hacía horas para poder salir de Wuhan en cuanto finalizasen los controles.
El diario oficial Global Times afirma que muchos de los que están yéndose de la ciudad son ciudadanos que se habían quedado atrapados sin residir allí, y cita a un conductor que dice: "Solo quiero irme a casa lo antes posible".
Asimismo, y pese al optimismo por el fin de estas restricciones, la prensa china advierte de que la ciudad todavía está "lejos de volver a la vida normal".
En la jornada también se reanudarán los vuelos -excepto los internacionales y los directos con Pekín- y los trenes, así como los autocares de larga distancia.
También se retoman los servicios de taxi en la ciudad y los transportes por ferry y tranvía.
No obstante, las autoridades municipales pidieron a los residentes que no salgan de la ciudad ni de la provincia de Hubei -de la que Wuhan es capital- salvo que sea necesario.
Según un comunicado citado por los medios públicos, el gobierno de la provincia de Hubei advierte de que la ausencia de nuevos casos detectados no significa que hayan desaparecido totalmente los riesgos de contagio.
De hecho, si una persona que quiere salir de Wuhan no obtiene un código QR que certifique su estado de salud y la ausencia de contacto con infectados, no podría hacerlo.
Por ahora se mantendrán las restricciones de entrada a los complejos residenciales, en cuyas puertas se harán controles de temperatura, y se seguirá exigiendo el uso de mascarillas a los ciudadanos.
En los centros comerciales, supermercados o parques que reabran sus puertas, se deberá limitar la afluencia de visitantes, mientras que no se permitirá todavía la reapertura de los colegios en la provincia.
La viceprimera ministra china Sun Chunlan, quien se trasladó a Wuhan a supervisar el final de la cuarentena, también se pronunció al respecto en estas últimas horas, y reclamó no bajar la guardia ni rebajar los estándares de contención de la enfermedad para evitar un rebrote.