La Asociación de Técnicos y Empleados de Protección y Seguridad a la Aeronavegación (Atepsa) continúa este sábado por la mañana con la segunda jornada de paro que afecta a todos los aeropuertos del país, pero con escasa repercusión en los vuelos debido a la reprogramación horaria por parte de las aerolíneas de aquellos servicios que coincidían con la medida de fuerza, según indicaron a Télam fuentes aeroportuarias.
En el caso del Aeropuerto Internacional de Rosario, las autoridades recomendaban consultar con anticipación sobre los vuelos, pero se mantenían dentro del contexto general de todo el país.
La Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA) emitió esta mañana un comunicado donde se señala que la reprogramación de vuelos “en el marco de las medidas de fuerza de controladores aéreos, permite hoy operar normalmente”, aunque aclara que “se recomienda a quienes viajen que verifiquen los horarios con la compañía aérea correspondiente”, y que los arribos, sobrevuelos, vuelos sanitarios, humanitarios y oficiales, operan sin alteraciones.
EANA sostuvo que “el panorama de los vuelos de hoy se presenta normal, a pesar de la nueva acción iniciada por el sindicato de los controladores aéreos en dos franjas horarias".
Y puntualizó que "gracias a la reprogramación de vuelos por parte de las líneas aéreas para que las partidas no se vean afectadas por la medida, y la oportuna comunicación a los pasajeros, el público puede viajar hoy sin mayores inconvenientes. No se prevén cancelaciones”.
El cronograma específico de la medida, que sólo alcanza a los despegues, es de 9 a 10 en el Aeroparque Jorge Newbery, de 10 a 11 en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, y de 9 a 11 en los otros aeropuertos del país. Esta tarde se repite el esquema: de 15 a 16 en Aeroparque, de 16 a 17 en Ezeiza y de 15 a 17 en los demás aeropuertos.
Estas medidas de fuerza responden a un reclamo de recomposición salarial y, al respecto, Jonatan Doino, secretario general de Atepsa, sostuvo que la medida “no es un paro, sino una reducción del servicio”, y advirtió que no quieren “perjudicar a los pasajeros”, pero que “es necesario visibilizar el problema, porque lo que está en riesgo es la seguridad en las operaciones aéreas".