El presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, decretó sorpresivamente este martes la ley marcial en el marco de duras críticas contra la oposición, a la que acusó de servir a los intereses de Corea del Norte. La situación generó una fuerte conmoción en un país que, hasta entrada la década de los 80, estaba sometido a un yugo totalitario.
El mandatario calificó a la oposición, que tiene mayoría en el parlamento compuesto por 300 miembros, como un bloque de "fuerzas antiestatales que intentan derrocar el régimen".
La última vez que se declaró la ley marcial en Corea del Sur fue en 1979, después del asesinato del dictador Park Chung Hee, que trajo consigo una ola de protestas en mayo de ese año para democratizar el país que fueron ampliamente reprimidas y dejaron, según algunas fuentes, cerca de 2.000 muertos.
Yoon, cuya tasa de aprobación ha disminuido en los últimos meses, ha tenido dificultades para impulsar su agenda contra un Parlamento controlado por la oposición desde que asumió el cargo en 2022.
El conservador Partido del Poder Popular de Yoon no acepta ningún tipo de acuerdo con la oposición liberal del Partido Democrático sobre el proyecto de ley del presupuesto del próximo año. También ha desestimado llamados a investigaciones independientes sobre escándalos que involucran a su esposa y a altos funcionarios, recibiendo rápidas y fuertes reprimendas de sus rivales políticos.
La primera dama surcoreana, Kim Keon Hee, está implicada en una trama de manipulación de precios de acciones de un concesionario de autos BMW en Corea del Sur, entre 2009 y 2012; y ha sido acusada de aceptar, poco antes de la investidura de Yoon, un bolso de lujo de la marca Dior valorado en unos 2.000 euros.
Este escándalo estuvo en el centro del debate político en Corea del Sur durante el último año y ha sido uno de los factores clave en la aplastante derrota del Partido del Poder Popular (PPP) en las elecciones legislativas del pasado 10 de abril.
Asimismo, Yoon negó a principios de noviembre haber actuado mal en un creciente escándalo de tráfico de influencias que lo involucra a él y a su esposa y que está dañando aún más sus índices de aprobación.
El escándalo se centra en las acusaciones de que Yoon y la primera dama ejercieron una influencia inapropiada sobre el gobernante Partido del Poder Popular para elegir a un determinado candidato para presentarse a una elección parlamentaria parcial en 2022 a petición de Myung Tae-kyun, un corredor electoral y fundador de una agencia de encuestas que realizó sondeos de opinión gratuitos para Yoon antes de que se convirtiera en presidente.
Conservador y mano dura
Yoon, quien alguna vez soñó con convertirse en un pastor, tiene un carácter intransigente que lo llevó a convertirse en un destacado fiscal, apodado el "gallo de pelea" por su tenacidad para luchar contra casos de corrupción. Fueron esas condiciones, junto a su promesa de aplicar mano dura a la vecina Corea del Norte, lo que llevaron a este novato en política a convertirse en presidente de Corea del Sur en 2022.
Antifeminista y conservador, Yoon, de 61 años, parecía dispuesto a virar el rumbo de la décima economía mundial, especialmente en la faceta diplomática, abogando por abandonar años de delicada diplomacia y mostrar firmeza ante el país gobernado por Kim Jong-un.
Nacido en Seúl en 1960, Yoon estudió derecho y jugó un rol clave en la condena de la antigua presidenta Park Geun-hye por abuso de poder. En 2019, manchó la imagen del gobierno Moon Jae-in en el escándalo de fraude y sobornos que vinculó al asesor de la presidencia.
Durante la campaña, causó furor entre sus votantes conservadores ofreciendo una oportunidad de "venganza" contra Moon e, incluso, amenazó con investigar al presidente saliente por "irregularidades" que no especificó.
Así logró llamar la atención del Partido del Poder del Pueblo, que lo consideró el "ícono" de los conservadores porque era "visto como la mejor persona para derrotar al candidato del Partido Democrático, a pesar de su falta de experiencia política", según Gi-Wook Shin, profesor de sociología en Stanford.
El exfiscal recibió críticas de organismos como la ONU, que este año le pidió que abandone su intención de abolir el Ministerio de Igualdad de Género y Familia después de que el mandatario dejara vacante la dirección de esta cartera.
De línea dura, Yoon advirtió que aplicará un ataque preventivo si hay indicios de un ofensiva inminente de Corea del Norte y prometió reforzar la capacidad de disuasión del Sur.
"Aunque los programas de armas nucleares de Corea del Norte son una amenaza no sólo para nuestra seguridad y la del noreste de Asia, la puerta del diálogo seguirá abierta para que podamos resolver pacíficamente esta amenaza", dijo Yoon.