La Fiesta de las Colectividades tenía este lunes a la noche un cierre con balance más que positivo, según contaron sus organizadores. Es que al extenderse un día más por el feriado y no tener suspensiones por lluvia será la primera edición con 11 días consecutivos. Además, fue buena la respuesta del público tanto los fines de semana como entre semana.
La presidenta de la Asociación de Colectividades Extranjeras de Rosario, Lydia del Grosso, dijo este lunes a Radio 2 que la de 2024 es “la primera fiesta con 11 días” ya que este lunes se esperaban tormentas que no se dieron y por lo tanto no debieron recurrir a las suspensiones de años anteriores, y que dieron lugar al mito de la maldición gitana que pesa sobre el encuentro.
Consultada por el balance de la 40°, Del Grosso dijo que fue “muy positivo” porque hubo “una gran cantidad de público tanto los fines de semana como los días de semana”.
“Encontramos mucho turismo visitando la fiesta por ser este un fin de semana largo”, destacó.
“Desde la organización estamos muy contentos de haber logrado un clima festivo durante tantos días, un clima tranquilo, una buena calidad de público”, añadió Lydia del Grosso y anticipó que tras un breve descanso en marzo o abril ya comenzarán a pensar en la edición del año próximo.
La fiesta, que se convirtió en el evento más convocante de la ciudad, se realizó por primera vez en 1985, cuando un grupo de inmigrantes llegados de distintos lugares del mundo y sus descendientes, pertenecientes a diferentes colectividades extranjeras de Rosario, tuvieron la iniciativa de reunirse para organizar un encuentro festivo, sin distinción de credos ni razas.
El motivo que los movió fue promover el acercamiento y hermandad de los pueblos y la difusión de sus valores, comentar sus vivencias en esta tierra, su nuevo hogar, hacer conocer la cultura, costumbres y tradiciones de los distintos países y regiones extranjeras y por qué no, algunos bocadillos típicos.
El primer encuentro se desarrolló en el anfiteatro Humberto de Nito, pero los resultados de la convocatoria superaron todas las expectativas y por cuestiones de espacio la fiesta se trasladó al sitio en donde aún hoy se realiza, el Parque Nacional a la Bandera.
Allí, a lo largo del tiempo, se han efectuado reformas estructurales con la finalidad de mejorar el predio, entre ellas una de las más relevantes fue la habilitación de todo el servicio de agua y electricidad bajo tierra necesario en la década del '90 para lograr tener la fiesta como se realiza ya históricamente en ese lugar.