En Mendoza al 500 quedó la fachada del Cine Oriente tapada con una media sombra negra. Al costado un cartel que anuncia lo evidente: demolición. El edificio construido en 1931 se suma a la larga lista de lugares con historia que poco a poco se convirtieron en torres de edificios.
Desde su apertura y durante una década, Cine Oriente -nombre que duró solo un año, ya que luego se llamó Palace Crystal- se dedicó a proyectar películas y organizar shows musicales o teatrales con capacidad para 400 personas en el corazón de barrio Martin.
Poco después, el espacio quedó en manos de la Asociación Industriales Panaderos, que durante todo este tiempo mantuvo intacta la fachada, la sala de proyecciones, las escaleras, el salón principal y el escenario. Hubo un tiempo en el que funcionó como salón fiestas.
Pero el tiempo pasa y los costos aumentan. Mantener en condiciones construcciones con casi cien años requiere de presupuesto y tiempo, dos elementos con los que los Industriales Panaderos no contaban. Por eso decidieron, mediante una asamblea, ceder el inmueble. De su interior queda poco y nada. La empresa constructora que lo adquirió ya comenzó a trabajar y a destruir partes del Cine que habían sido resguardadas con tanto esfuerzo.
En Mendoza al 500, donde primero proyectaban cine mudo, luego con sonido, en un tiempo no muy lejano habrá una torre moderna de nueve pisos y 500 metros continuarán bajo el poder de la Asociación para espacio administrativo.
Si bien el edificio cuenta con una importante historia, teniendo en cuenta lo que significó en materia cultural para la ciudad, no contaba con ninguna normativa de preservación ni figuraba en el listado de espacios protegidos por alguna normativa municipal.
De esta manera, del lugar que significaba mucho arquitectónicamente, pero más aún en la impronta artística de los rosarinos, quedará solo en el recuerdo de los más longevos.