A los tiempos de pandemia, con la extrañeza del aislamiento y los cambios en la naturaleza, se le suman la sequía y las lluvias intensas que en conjunto generan hechos sorprendentes, como la creciente abrupta del arroyo Ludueña que hundió cinco lanchas y arrastró a un chancho desde aguas arriba.
Augusto, titular del Club Náutico Malvinas, afirmó este miércoles a De 12 a 14 (El Tres) que la crecida se registró el martes a la noche y fue repentina como ocurre en los ríos de montaña ante precipitaciones importantes.
“Veníamos de una bajante histórica y de golpe llovió un montón en dos días (casi lo mismo que en todo un mes)”, dijo.
La altura del Ludueña en esa parte de la desembocadura con el Paraná subió cerca de un metro y medio en poco tiempo y provocó daños en pontones y estructuras de la costa.
Cinco lanchas se hundieron y una fue arrastrada hasta la zona del Acuario con destrozos en la estructura, aunque pudieron rescatar el motor.
Pero la “ola de agua” que salió con potencia del entubamiento del arroyo en ese zona también arrastró a un chancho de grandes proporciones, cuyo origen era desconocido para los voceros del club. Incluso hubo quienes intentaron atraparlo y después arribó la Policía.