Las autoridades que administran Machu Picchu, la antigua ciudadela inca de Perú, anunciaron este lunes el cierre del atractivo turístico a tan solo un mes y medio de su reapertura, debido a las protestas de lugareños que exigen la reducción en el precio del servicio de trenes. Estas manifestaciones provocaron la interrupción de los ferrocarriles, que dejaron de funcionar en los últimos días.
Así, la Dirección de Cultura de Cusco informó que la decisión se debe a "las paralizaciones anunciadas" y tiene "la finalidad de salvaguardar la integridad de sus visitantes". También se determinó que la medida, que rige desde el 14 de diciembre, permanecerá "hasta que se restablezca esta situación".
Antes de la reapertura, el principal destino turístico del país andino había estado cerrado casi ocho meses por la pandemia del coronavirus, siendo Perú una de las naciones más impactadas.
Los habitantes de la zona exigen que las empresas Inca Rail y Perú Rail bajen los precios para pasajeros nacionales en el servicio de transporte que brindan entre Cusco y Machu Picchu, y que garanticen una mayor frecuencia. Se trata del mismo medio de transporte usado por turistas y residentes.
Con ese marco, las manifestaciones comenzaron de modo pacífico, pero el fin de semana algunos lugareños ocuparon las vías del tren y una estación del ferrocarril. Esta situación se produjo luego de que las firmas del transporte no aceptaran modificar su sistema.
Entre tanto, la firma Peru Rail había suspendido su servicio el jueves, mientras que IncaRail lo hizo el sábado. Machu Picchu, pese a las manifestaciones, permaneció abierta hasta el fin de semana.
Este lugar característico del país sudamericano fue declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1987, y se cree que fue construido durante el siglo XV, según publicó RT.