El primer satélite desarrollado por España para la observación terrestre se perdió por un “fallo humano”. Así lo han explicado hoy responsables del lanzamiento a bordo de un cohete europeo Vega que debía poner en órbita al SeoSat-Ingenio, un satélite en el que España había invertido diez años de trabajo y 200 millones de euros.
Todo tras el lanzamiento del cohete desde el puerto espacial europeo de la Guayana Francesa fue bien hasta que se encendió el AVUM, el motor que debía llevar al satélite español y a su compañero de viaje, otro artefacto francés, a sus órbitas definitivas.
Unos ocho minutos después del lanzamiento, sus responsables detectaron que el satélite se separaba de la trayectoria establecida. El artefacto comenzó a "tambalearse" y "perdió el control", lo que impidió poner los satélites en órbita y arruinó con ambas misiones, según explicó Roland Lagier, director técnico de Arianespace, en una rueda de prensa celebrada este martes.
Tras el fallo, el lanzador con los dos satélites cayó de vuelta a la Tierra y se estrelló en una zona "completamente deshabitada" del Ártico, cerca del punto de caída de la tercera etapa del cohete, según la Agencia Espacial Europea.
Tras la pérdida de los satélites esta madrugada los ingenieros analizaron los datos de telemetría y las especificaciones de fabricación del cohete Vega. Su conclusión es que el fallo está en cables que se conectaron al revés, de manera que los motores que controlan la trayectoria del cohete no funcionaron correctamente.
Lagier destacó que se trata de un "fallo humano" durante el ensamblaje del cohete, no un fallo de diseño. La compañía francesa Arianespace, responsable del lanzamiento, y la Agencia Espacial Europea (ESA) han formado una comisión de investigación para detallar las causas del fallo y recomendar cambios. "Quiero presentar mis más profundas disculpas a nuestros clientes", ha dicho Stephane Israël, director ejecutivo de Arianespace. "Desafortunadamente esto es parte de la vida en los lanzamientos espaciales", añadió.
El satélite SeoSat-Ingenio no estaba asegurado, explicó Joseph Aschbacher, director del programa de Observación de la Tierra de la ESA. El satélite era un proyecto impulsado por el Ministerio de Ciencia que dirige Pedro Duque en el que participaban varias empresas españolas lideradas por Airbus con un coste total de 200 millones de euros.
La pérdida de Ingenio, un proyecto que arrancó en 2007, es un duro golpe para la pujante industria aeroespacial española, pues en este se cifraba la intención de que España fuese capaz de desarrollar tecnología propia para escudriñar el territorio sin depender de otros países, según publicó El País.