China está excavando un agujero que atravesará más de 10 estratos continentales y llegará a capas que datan del período cretácico del planeta, entre 145 y 66 millones de años atrás. El estudio geológico y el petróleo, dos de los objetivos del proyecto.
Los trabajos empezaron en Taklamakán, el segundo mayor desierto de dunas del mundo, situado en la región autónoma uigur de Xinjiang, en el noroeste del país.
El agujero que taladra China no será, sin embargo, el más profundo hecho por el ser humano. Ese récord lo mantiene el pozo de perforación superprofundo Kola, en Rusia, cuya excavación se prolongó por casi dos décadas hasta alcanzar los 12.262 metros en el año 1989.
Según publicó la agencia de noticias estatal Xinhua, el porqué de los propósitos de tal emprendimiento se debe a la meta de "ampliar los límites de la profundidad" en la exploración geológica y encontrar petróleto, tal como afirmó Lyu Xiaogang, representante de la Corporación Nacional de Petróleo de China, la mayor empresa de crudo y gas del país y una de las mayores del mundo.
En un vídeo explicativo, el funcionario asegura que el proyecto servirá para afianzar las capacidades tecnológicas de PetroChina en excavaciones de gran profundidad y fabricación de nueva maquinaria. ""Para estudiar los 10 kilómetros más cercanos a la superficie solemos usar otras técnicas como tomografías sísmicas y de otro tipo. Este tipo de proyectos son muy útiles porque aportan evidencia física que apoye esa investigación”, explicó a BBC Mundo el geofísico chileno Cristian Farías, director de Obras Civiles y Geología de la Universidad Católica de Temuco.
En cuanto al objetivo de encontrar petróleo, la corporación indicó que explora nuevos yacimientos ultraprofundos de petróleo y gas en el noroeste del país asiático.
Es el caso de la cuenca del Tarim, donde se ubica el desierto de Taklamakán, puede albergar grandes reservas de petróleo y gas natural. Sin embargo, su explotación presenta, según expertos, importantes desafíos técnicos y tecnológicos por las difíciles condiciones del subsuelo, como alta presión y temperaturas extremas.
Otro dato no menos importante es que el desierto de Taklamakán se considera un territorio difícil para trabajar, con temperaturas extremas que bajan hasta los -20ºC en invierno y se elevan hasta casi 40ºC en verano.