El bar Jhonny B. Good cerró en medio de la crisis económica que la pandemia de coronavirus acentuó con intensidad y ahora, unos 45 trabajadores quedaron desempleados. El local, una franquicia cordobesa que ocupaba desde 2012 la esquina de bulevar Oroño y Güemes, formaba parte del extenso corredor gastronómico que unía la zona costera con el corazón de Pichincha.

En contacto con Rosario3, Alejandro Pastore, referente de la Cámara de Hoteleros y Gastronómicos de Rosario, confirmó que el local cerró sus puertas. “Los alquileres de más de 500 mil pesos son gastos fijos que son muy difíciles de sostener”, manifestó al respecto. Para el también empresario del rubro, el escenario actual está marcado por “un descenso del poder adquisitivo, la reducción del factor ocupacional y el rango horario” y sobre este último punto, analizó: “No queremos hacer una apología a la actividad pero lo cierto es que la gente no se va a dormir a las 23 y extender el horario nos daría una inyección de ingresos”.

“La oferta quedó muy limitada”, expresó. De acuerdo a Pastore, el sector gastronómico trabaja en un 35 por ciento, a pesar de que las autoridades piden a la población que se reúna en bares y restaurantes. En este marco, sostener la actividad comercial es un desafío: “Con la imposibilidad de sostener la venta, el cierre de los comercios es inminente”, sostuvo.

Por último, el dirigente informó que un 15 por ciento de los comercios registrados cerraron sus puertas al tiempo que se empieza a saber de personas que liquidan muebles de sus negocios cerrados: “Ni siquiera pueden vender los fondos de comercio”, lamentó y cerró: “Estamos aguantando a lo tonto, sin un horizonte certero”.