“Querido Sergio, permíteme que te diga «querido» por más que no fueron muchas las veces que nos encontramos. Pero en esas veces, y viéndote actuar, fui desarrollando afecto y respeto por tu persona”.
Así comienza la carta de despedida que envió desde Europa el ex presidente Mauricio Macri a la familia de Sergio Nardelli, el CEO del grupo Vicentin quien falleció el miércoles a los 59 años de un infarto en su casa de Avellaneda, la ciudad santafesina donde nació hace 90 años la empresa agroexportadora.
“Me hubiese gustado haber tenido más tiempo para que eso se transformara en una amistad profunda. Quiero despedir a un apasionado por el hacer, por emprender, por generar oportunidades para su familia, su pueblo y la linda comunidad de Avellaneda y Reconquista; capaz de conquistar el mundo sin miedo a innovar y a desarrollar nuevas actividades. Tu familia, tu gente te va a extrañar”, expresó Macri en la carta que leyó una hija de Nardelli en su velorio.
“Nuestro país necesita de muchos con tu espíritu emprendedor para poder salir adelante. Sé de la tristeza que te embargó frente a tantos obstáculos y especialmente tanta agresión. Desde el dolor que tengo quiero prometerte que los argentinos vamos a superar este momento de confrontación y división y vamos a hacerte sentir orgulloso desde donde nos estés observando. Un abrazo grande y un cariño enorme a toda tu familia”, finaliza el texto firmado por Macri.
Vicentin quedó en el ojo de la tormenta en los últimos meses luego de que el Gobierno de Alberto Fernández anunciara la intención del Gobierno de intervenir y expropiar la empresa, medidas que, finalmente no sucedió luego de un amplio rechazo desde varios sectores de la sociedad, con marchas multitudinarias incluidas a lo largo de todo el país.
En las últimas semanas, en el contexto de la convocatoria, se realizaron varias audiencias de conciliación entre la empresa y el gobierno de Santa Fe, desde donde se buscó la conformación de un triunvirato con los interventores designados por el Gobierno nacional más uno provincial.
No hubo acuerdo entre las partes para el armado de un fideicomiso con participación de ambos sectores, y el Presidente dejó sin efecto el Decreto de Necesidad y Urgencia por el cual intervenía la empresa Vicentin por 60 días.
Nardelli, al que se lo conocía con el apodo de “Mono”, era hijo de una Vicentin y nieto de uno de los fundadores del holding. Si bien durante el conflicto con el Gobierno no habló, era la cara visible de la empresa que en rigor conduce un directorio formado mayoritariamente por miembros de la familia y allegados.
Encabezó la visita a la Quinta de Olivos para reunirse con Fernández, luego de que el Gobierno publicara el DNU de la intervención en el que se anunciaba que se enviaría al Congreso el plan expropiador.
La situación de la empresa es muy complicada: con fuertes pasivos financieros, en convocatoria de acreedores desde febrero –que se tramita en los Tribunales de Reconquista– y una deuda de más de 1.000 millones de dólares.
Hace algunos años, Nardelli reemplazó a Alberto Padoán, otro integrante de la familia, como cabeza de la compañía. Estaba casado y tenía cuatro hijos.
Gustavo Nardelli, hermano del empresario fallecido, está siendo investigado en la causa del otorgamiento de líneas de créditos a Vicentin por parte del Banco de la Nación Argentina.
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