Una protesta del sindicato de Obras Sanitarias de Rosario se desmadró y este mediodía se vivieron momentos de tensión, corridas y empujones en la puerta de la empresa Aguas Santafesinas (Assa) en Salta al 1400. Trabajadores que se habían movilizado, en medio de un reclamo laboral , intentaron ingresar al edificio y se produjo un veradero caos. Se registraron, al menos, dos heridos. Desde el empresa negaron que haya una persecución a empleados y defendieron la gestión que busca pober orden al funcionamiento de la firma.
Desde la sede central de Aguas Santafesinas, De 12 a 14 (El Tres) informó que la movilización de empleados que se inició en San Luis y bulevar Oroño se extendió este miércoles al mediodía a la empresa. Los primeros datos recogidos indican que los manifentantes quisieron ingresar, se cerró el portón, y comenzaron los empujones de ambos lados de la abertura. En este marco, uno de los trabajadores sufrió el apretón de uno de sus pies.
Silvio Barrionuevo, secretario general del Sindicato de Obras Sanitarias de Rosario, mantuvo un contacto con El Tres. “Quisieron ingresar y les cerraron las puertas, a un compañero le apretaron el tobillo, les gritaban que por favor abrieron el portón porque estaba a los gritos. Es una manifestación pacífica”, explicó sobre la escena caótica que se podía advetir a su espalda: los empleados forcejeaban tratando de acceder al interior de la empresa, en medio de gritos y bombazos.
“Hubo un encontronazo con la Policía, son trabajadores de Aguas que quieren ingresar”, señaló y confió que la movilización se había desarrollado en contra de “despidos y sanciones arbitarias que está llevando adelante la empresa desde hace 11 meses”. Según precisó, se echaron a 50 personas en lo que va de la gestión provincial de Maximiliano Pullaro y no se tomaron nuevos empleados. “El reclamo más grande son las sanciones a todo el mundo, cuando llegás a 30 días de suspensión, automáticamente te despiden”, advirtió.
“Se despidieron dos compañeros en octubre, te dicen que si sos de un sindicato peronista no tenés lugar en la empresa, y lo consideramos una persecución laboral. Es un destrato, además del destrato que significa que digan que somos privilegiados, nos trataron de vagos, que queremos cobrar premios millonarios cuando saben que un trabajador que ingresa cobra 890 mil pesos de bolsillo”, continuó el gremialista.
“Se amparan en la supuesta ley de emergencia, hablamos con ministos pero con la empresa el diálogo está totalmente roto. Mañana sigue el paro y veremos cómo sigue la semana que viene”, indicó a continuación.
“Siempre apelamos al diálogo para sacar adelante la empresa, 1400 familias comen de acá pero el destrato y la forma en faltarle el respeto llama la atención. Se agotó la paciencia”, lanzó.“Está generalizado a todos los trabajadores de la provincia. Una semana les toca a los trabajadores de Aguas, otra a los de la Epe, a la otra semana le toca al poder Judicial, a los docentes”, sumó.
En tanto, dos personas que se desempeñan en la seguridad de Assa resultaton heridas. Además, se registraron algunas roturas de vidrios y de una cámara de videovigilancia. Una fuerte operativo policial se extendió en el lugar para ponerle fin al desorden. “Los vidrios se rompieron cuando empujaban de un lado y otro. No vimos la rotura de la cámara”, descartó el líder sindical cuando se le consultó sobre los desmanes.
Por su parte, Anahí Rodríguez, presidenta de Assa, expresó: “Lamentamos lo que pasó, hay derecho a manifestarse pero siempre en paz. Tuvimos roturas en la empresa, el diálogo siempre estuvo abierto. Asumimos con una empresa en un estado deficitario, tuvimos el total apoyo de Pullaro para hacer grandes inversiones en toda la provincia. Encontramos una empresa muy desordenada, con mucho costo productivo. Redujimos un 20 por ciento el costo y lo pusimos en la empresa”.
“Nos duele ver esas imágenes”, lamentó y descartó lo expuesto por el gremio: “No hacemos persecución, ponemos orden y eso genera resistencias. Hemos hecho control estricto sobre el personal, sobre el uso de vehíclos ha habido sanciones y despidos, finalización de contratos tercerizados y estamos poniendo en crisis las licencias gremiales que hay. Son costos que pagan los santafesinos”.
La funcionaria aseguró que “el diálogo siempre esta abierto, pero no resignamos el orden, es un mandato de nuestro gobierno”.