El Great Western Railway, en Inglaterra se vio obligado a cerrar un servicio de tren después de que dos ardillas comenzaron a aterrorizar a los pasajeros a bordo.

El personal comenzó a trasladar a la gente a los vagones para alejarlos de los roedores enfurecidos pero el servicio tuvo que ser interrumpido antes de tiempo porque una ardilla se negó a descender. El drama comenzó cuando la pareja subió a bordo del tren de Reading a Gatwick, que paraba en Gomshall, Surrey.

Una de las testigos le dijo al medio británico The Sun que todo fue un caos: "Las ardillas se subieron al vagón trasero y atacaron a la gente. Todos los pasajeros salieron corriendo del tren y subieron a otro vagón. El conductor tuvo entonces que cerrar las puertas para impedir que las ardillas subieran al tren.

El tren de la clase 165 se detuvo en Redhill, donde el personal pasó 30 minutos usando escobas, una pinza telescópica y el señuelo de los maníes para intentar hacer que los turbulentos habitantes de los árboles se fueran.

Pero como uno de ellos permaneció allí, los jefes optaron por terminar el servicio de Great Western Railway y enviar el tren de regreso al patio de Reading para finalmente deshacerse de la plaga. La demora hizo que algunos pasajeros casi perdieran el vuelo de sus vacaciones.