La proximidad de las elecciones primarias a desarrollarse este domingo 12 de septiembre provoca la multiplicación de carteles de propaganda política en todos sus formatos. Candidatos y candidatas buscan ocupar espacio público para dejar grabados su nombres y rostros en electorado. Sin embargo, sobran y están a la vista, las irregularidades: pasacalles, columneros y carteles que tapan otros. Y además, la suciedad que provoca y que tras los comicios hay que limpiar.
El escenario –ya tradicional en cada una de las elecciones– fue expuesto y analizado en el programa El mejor día de la semana por Radio 2. Tras advertir la gran cantidad de pasacalles y columneros políticos tanto en el centro como en los barrios –ambos están prohibidos por ordenanza– y la diferencia de recursos económicos que queda expuesto entre las diversas propuestas, fue consultado Roberto Doldán, presidente de la Cámara de Cartelería de Rosario sobre cómo se concretan este tipo de campaña, en aquellos espacios públicos habilitados para tal fin por el que deben pagar una tasa municipal.
“Hay empresas que tienen tradicionalmente la publicidad en distintos dispositivos, como por ejemplo los carteles sextuples en obras de construcción, medianeras, etc. No solo trabajamos en campaña, también para empresas privadas que ejecutan ese tipo de publicidades”, indicó y aseguró que cualquier “desvío”, es decir, cualquier acto vandálico sobre el cartel o bien, la “invasión” al mismo con otros (pegatina) los perjudica enormemente.
Cuando la empresa a cargo de la propaganda de algún grupo político advierte que otro candidato pega carteles encima de los suyos, se interviene. Doldán explicó: “Tratamos de llamarlos a la reflexión y eventualmente les mandamos una carta documento para que quede constancia de la irregularidad y para que modifiquen esa actitud porque hay otro candidato que pagó por ese espacio y no puede mostrar su mensaje”.
Otros “enemigos” de las firmas encargadas de llevar las propuestas políticas a la calle son los cartoneros. “No estamos en contra de la actividad de recuperación pero es cierto que despegan el papel y se lo llevan. Tenemos un gran prejuicio en la cámara por esto. La empresa tiene un acuerdo de mantenimiento entonces se hace el repegado cuando el producto es vandalizado”, advirtió y agregó en ese sentido: “Cuando se hace sistemático, se rompe la ecuación económica”.
El caso Emily
El año pasado, afiches de una tarotista llamada Emily, en los que ofrecía servicios de tarot, recuperación del amor perdido, atraer a la persona amada y todo tipo de “trabajos espirituales”, fueron motivo de sanción municipal. Es que debido a la proliferación de sus pegatinas, el Estado local intervino y obligó a la mujer a quitar sus carteles y limpiar la suciedad ocasionada.
Este sábado, consultada por Radio 2, evidenció un enorme disgusto: mientras a ella se la obligó a limpiar, la ciudad está emparchada por la política, es su razonamiento. “Una hace el bien y vienen otros y viven robando, es lo que hay. Pagué, limpié y ayudé a la gente y acá nada, acá estamos en Rosario sucio”, manifestó.
Algunos precios
Desde El mejor día de la semana informaron sobre “los costos de una ciudad empapelada”. Algunos ejemplos.
Un columnero cuesta en una imprenta 280 pesos la unidad y se fabrica un mínimo de 500, por lo tanto, son unos 140 mil pesos. Según trascendió, el oficialismo colocó unos 4 mil, con un valor aproximado de un millón 120 mil pesos. En tanto, los folletos A4, salen 100 mil pesos los mil.
Según pudo saber la producción del programa, se solicitan con 5 días de anticipación. Al parecer, los partidos políticos pelean precios.
Más información